Reino Unido se vería forzado a conservar la libre circulación de ciudadanos de la Unión Europea durante años pese haber renunciado al bloque comunitario.
La complicación de la entrada en vigencia de los controles y su resultado sobre un número significativo de ciudadanos, conseguiría realizar la entrega de controles de manera progresiva por parte del Reino Unido, según lo ha manifestado el Institute for Government, un prestigioso centro de estudios autónomo. De esta manera, la factura del Brexit podría alcanzar los 100.000 millones de euros.
Según la reseña de El Economista, el éxito de la puesta en marcha de un nuevo sistema de migración para la fecha límite del Brexit, la cual es del año 2019, resulta “poco factible”, mientras que a Gran Bretaña le corresponderá el conservar el sistema actual de autónoma circulación hasta que exista otro distinto que se encuentre comprobado y contrapuesto, explicaron desde el Institute for Government en una notificación divulgada el pasado día jueves.
El proceso de reconocimiento e inspección de los ciudadanos de la Unión Europea “no resulta adecuado” y se necesitarán de hasta cinco mil funcionarios más para tramitar una ola de solicitudes de domicilio, aseguraron los especialistas que realizaron el informe.
“El requerimiento político para el cambio en la inmigración resulta característico, pero del mismo modo lo es el reto administrativo”, aseguró Jill Rutter, ex alta oficinista y conductora del programa Brexit en el think tank. La tarea “es enorme y es esencial que la Dirección Central la haga bien”.
Theresa May, primer ministro del Reino Unido, dio su palabra para poder “retomar el control” de las zonas limítrofes de su nación posterior a la oposición de la libre circulación de pobladores del resto de la Unión Europea fuera un papel concluyente en la votación de salida del bloque europeo el año pasado.
May manifestó que pretende avalar los derechos de los ciudadanos del Bloque Europeo en el Reino Unido como parte de un convenio que salvaguarde simultáneamente a los ciudadanos pertenecientes a la Gran Bretaña en Europa.
Es estimado que aproximadamente tres millones de ciudadanos de otras naciones de la Unión Europea viven hoy en el Reino Unido, según el informe.