La reina Isabel II de Inglaterra podría tener que mudarse fuera del palacio de Buckingham durante las necesarias reformas en su residencia, que no ha sido redecorada desde su llegada al trono en 1952, dijeron funcionarios de la casa real inglesa.
El palacio necesita mejoras por un coste estimado en 150 millones de libras (237 millones de dólares), que incluyen la sustitución de tuberías y cableado viejo y la retirada de amianto, agregaron los responsables.
La reina pasa alrededor de un tercio del año en su residencia londinense, habitada por primera vez por su predecesora la reina Victoria.
El secretario financiero de la casa real, Alan Reid, dijo que el mantenimiento de los envejecidos edificios reales “y en especial del palacio de Buckingham, supondrá un importante reto financiero” en los próximos años.
Las cuentas anuales publicadas el miércoles mostraron que, en el año fiscal terminado el 31 de marzo, la monarquía costó 35,7 millones de libras a los contribuyentes británicos, el equivalente a 56 peniques por persona.