Mérida, 11 Oct (Notimex).- La reforestación del Parque Ecológico Ejidal de Cacalomacán, en Toluca, ha permitido recuperar al menos 32 especies de hongos silvestres comestibles, lo que puede convertirse en una oportunidad de desarrollo económico para los pobladores de la región.
El investigador Lázaro Becerra Pérez destacó que de un área deforestada para actividades agropecuarias, hoy se cuenta con un espacio que contiene 33 por ciento de los hongos silvestres comestibles que existen en el llamado Bevado de Toluca.
Entrevistado en el marco del XI Congreso Nacional de Micología, citó que de un problema ambiental generado por la deforestación, en la actualidad además de recuperar el espacio, se analiza la posibilidad de aprovechar de manera responsable los hongos, comercializarlos e incluso promover su cuidado como una actividad ecoturística.
El especialista de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) recordó que esta área de protección de flora y fauna es una zona ejidal que ha cambiado de uso de suelo de ser agropecuaria a forestal entonces, con diversas especies introducidas.
Las especies que tenemos ahí de árboles en su mayoría son de Pinus ayacahuite, Pinos montezumae, Pinus patula y Eucalyptus globulus, indicó.
Recordó que la deforestación promovida en 1920 se ha revertido aunque muchas especies que eran naturales se han ido coinvirtiendo (sustituyendo) por otras como el Pinus patula que se plantó en una zona de Pinus hartwegii.
El experto reveló que investigaciones recientes arrojan que en este parque ejidal existen al menos 32 especies de hongos comestibles, los cuales son nada despreciables con relación al número en el nevado de Toluca donde hay 72 especies. Estamos hablando del 33 por ciento de las especies en general.
Cuestionado respecto a la presencia de hongos en este tipo de bosques, enfatizó que encontrar este tipo de organismo en un bosque que se ha reforestado nos habla muy bien de que va por buen camino porque los bosques son indicadores de salud de estos sitios.
Incluso, abundó, estudios previos sobre vertebrados nos indican que ya hay un buen número de ellos.
Becerra Pérez indicó que el estudio desarrollado por investigadores de la UAEM responde a que los ejidales querían conocer como estaba su bosques, y encontramos hongos comestibles que se puede aprovechar aún más.
Entonces los ejidales al ver que hay hongos quieren implementar propuestas de aprovechamiento, no invasivas, incluso la posibilidad de utilizarlos para desarrollar el ecoturismo, mencionó.
Ahora evaluamos si se puede extraer alguna cantidad de estos hongos y que estrategias de aprovechamiento se pueden seguir en un espacio que a nivel regional es un modelo a seguir.
A nivel regional, apuntó, las zonas naturales se pierden por la deforestación y en Cacalomacán se caracteriza por ser zona modelo, al tomar conciencia por parte de sus pobladores que las actividades que desarrollaban no eran buenas y entonces proceder a reforestar.
Aunque no fue de la forma correcta, pero hoy se ha logrado en un 95 por ciento, finalizó.