Un grupo de amigos y reporteros cantaron “Las Mañanitas” fuera de la residencia del escritor colombiano, ubicada en la Colonia El Pedregal, una zona exclusiva conocida por habitar en ella intelectuales y artistas. En un traje negro con una camisa azul y una flor amarilla en la solapa, García Márquez sonrió, balbuceó la canción de cumpleaños, y estrechó las manos de sus visitas, camarógrafos y reporteros.
“Esto es un presente, nada más, con mucho cariño para él”, expresó Arcelia Ruiz, que se identificó como una amiga de García Márquez, después de dejar un pastel en la casa del laureado Nobel autor de “Cien años de soledad” y “El amor en los tiempos del cólera”.
García Márquez ha limitado mucho sus apariciones en público. En septiembre del año pasado los medios lo captaron como el invitado especial en la inauguración de un boliche y sala de juegos de la Ciudad de México.
Una mujer se le acercó con un libro para pedirle un autógrafo, pero una amiga de García Márquez le pidió que lo dejara para que él después lo firmara.