Chris Harper Mercer vivía en un edificio de apartamentos cercano al Umpqua Community College.
Un vecino dijo que el joven “parecía muy hostil” y “se sentaba solo en la oscuridad en el balcón con una lucecita”.
En Torrance, un suburbio de Los Ángeles, los vecinos de un pequeño bloque de dos pisos donde Mercer vivió poco tiempo hace varios años lo recordaban como retraído y poco comunicativo.
Ian Mercer, padre de Chris Harper Mercer dijo que había sido un “día devastador” para él y su familia, y que había hablado con la policía y el FBI sobre el tiroteo.
Carmen Nesninck, su hermanastra, dijo que el tiroteo no tenía sentido. “Lo único que hacía siempre era poner a otros por delante de él,quería que todo el mundo fuera feliz”, dijo.