Un hombre fue apuñalado varias veces y quemado vivo por una multitud por haber robado una cacerola de sopa.
El cadáver carbonizado de la víctima fue abandonado a las puertas de un colegio en la localidad portuaria de Calabar, en Nigeria.
La víctima formaba parte de un grupo de tres hombres que siguieron el olor de la sopa caliente hasta la cocina de una residencia privada, donde agarraron la cacerola y se dieron a la fuga.
Los vecinos, alertados por los gritos de una de las mujeres que se encontraba en la cocina, persiguieron a los ladrones. La multitud atrapó al hombre que portaba la cacerola y lo atacó con machetes antes de quemarlo.
Las actividades de autodefensa son una cuestión controvertida en Nigeria, que creó milicias anticrimen en el sur del país a inicios de los años 2000 para apoyar a la policía nacional en un momento en que estaba desbordada.