Múltiples protestas estallaron hoy en esta capital y otras ciudades de Nigeria, ante la decisión de la Comisión Electoral de aplazar hasta el 28 de marzo próximo las elecciones presidenciales, ante las amenazas del grupo islamista Boko Haram.
Miles de nigerianos, muchos de ellos integrantes de grupos de derechos civiles y de partidos políticos de la oposición, salieron a las calles para expresar su condena y decepción por la decisión de las autoridades electorales de celebrar los comicios el 28 de marzo, en lugar del 14 de febrero, como se había previsto en un principio.
El presidente de la Comisión Electoral Nacional Independiente (INEC), Attahiru Jega, informó la víspera el aplazamiento de la elección, debido al aumento de los combates contra Boko Haram en el norte del país y las amenazas del grupo extremista de atentar durante la jornada electoral.
“Si la seguridad del personal, los votantes, observadores electorales y los materiales de la elección no se puede garantizar, la vida de hombres y mujeres jóvenes inocentes y la perspectiva de elecciones libres, justas y creíbles se pondrán en peligro”, indicó.
Sin embargo, los manifestantes consideran que las elecciones deberán seguir a delante, con forme a lo previsto, y que el aplazamiento no es para garantizar la seguridad de los votantes, sino para beneficiar al presidente Goodluck Jonathan, que compite por su reelección.
Los manifestantes, que se congregaron frente a la sede comisión en Abuja, rechazaron la demora de los comicios y aseguraron que aplazar por seis semanas las elecciones generales no servirá de nada, según un reporte de la televisión Al Yazira.
“Los servicios de seguridad de Nigeria no han logrado derrotar a Boko Haram en cinco años, cómo van a hacerlo en seis semanas… Hay otro motivo detrás de la demora”, dijo un joven participante en las manifestaciones de este domingo.
La decisión de posponer la votación se produjo después de una reunión a puerta cerrada en Abuja entre representantes del INEC, el gobernante Partido Popular Democrático (PPD) y su principal contendiente, Todo Congreso Progresista (APC), del exgobernante militar Muhammadu Buhari, y otros partidos de la oposición.
En un encuentro con seguidores e integrantes de sus partido, el líder opositor consideró que la demora en las elecciones presidenciales es “un importante revés para la democracia de Nigeria” y un acto “altamente provocativo”, sin embargo llamó a la calma.
“Pido a todos los nigerianos mantener la calma y se abstengan de la violencia y cualquier actividad que agrave esta desafortunado decisión, indicó Buhari.
Residentes y funcionarios en el estado de Borno, en el norte de Nigeria, también expresaron su decepción al anuncio de la comisión electoral de posponer las elecciones hasta el 28 de marzo y tacharon de una farsa las afirmaciones de que Boko Haram amenazó con lanzar ataques.
El presidente Jonathan dijo la víspera, durante un encuentro con cristianos en la ciudad de Lagos, que Boko Haram no sólo planeaba atacar en Abuja, sino extender sus acciones a varias partes del país con la intención de destruir a la nación.
“La idea del grupo era que empezar desde el centro del país y luego pasar a llevar acabo ataques en todo el país, dijo el mandatario niegeriano.
Jonathan destacó que entre los posibles blanco del grupo extremista estaba el edificio de las Naciones Unidas (ONU), la Jefatura de Policía, varios cuarteles de Ejército, mercados, entre otros lugares públicos, como el Parque Nyanya Motor.
“Vamos a trabajar más para proteger a todos los nigerianos, indicó tras refirmar su compromiso de combatir al terrorismo y al grupo extremista, que lucha por establecer un estado islámico en el norte de Nigeria.
Boko Haram, que en lengua husa significa La educación occidental es un pescado, ha aterrorizado el norte del país desde 2009, perpetrando un sinnúmero de ataques contra la policía, escuelas, iglesias y la población civil, además de bombardear varios edificios del gobierno.
Ante la creciente violencia de Boko Haram, que la víspera organizó un asalto a una ciudad fronteriza con Níger, representantes de Benin, Camerún, Níger, Nigeria y Chad anunciaron este domingo, tras una reunión en Yaundé, el despliegue de ocho mil 700 efectivos militares y policías al norte nigeriano para combatir a esa milicia extremista.