La primera manifestación fue realizada cuando Correa ingresaba al recinto por un grupo de estudiantes ecuatorianos que protestaban contra los proyectos mineros y energéticos de Intag y de Yasuní, autorizados por el gobierno ecuatoriano.
Intag es un municipio en el norte de Ecuador, donde se desarrolla un proyecto de explotación de cobre, con la participación de la cuprífera chilena Codelco, y Yasuní es una reserva natural en la Amazonia ecuatoriana donde se autorizó un proyecto petrolero.
A la llegada de Correa a la Universidad de Santiago de Chile, donde se le entregó el grado Honoris Causa por su contribución a la educación de su país y por su trayectoria académica y política se le recibió con consignas de; Yasuní-Intag-Basta de Correa-zos.
La otra manifestación fue realizada por chilenos familiares del empresario Marco Antonio Santelices, encontrado muerto en Ecuador el pasado 5 de mayo, tras un mes de permanecer desaparecido.
Familiares y amigos de Santelices reclamaron que el gobierno de Ecuador esclarezca las causas de su fallecimiento, asegurando que se trató de un asesinato y no de un suicidio como habrían sugerido las autoridades de ese país.
El mandatario Correa aseguró la víspera en el palacio presidencial de La Moneda, en la capital chilena, que el hecho está siendo investigado por la policía y la justicia de su país, indicando que no había una hipótesis única y definitiva sobre el deceso.
La máxima distinción universitaria a Correa le fue entregada por el rector de la Universidad de Santiago, Juan Manuel Zolezzi, quien resaltó el aporte al conocimiento y a la humanidad del presidente ecuatoriano.
Correa, indicó el rector Zolessi, ha impulsado la más grande reforma educacional de la historia de su país, políticas públicas que se han convertido en un ejemplo para toda América Latina.
Por su lado, al agradecer la distinción, el presidente ecuatoriano fustigó a quienes criticaron los proyectos mineros de Intag y Yasuní, caracterizándolos como izquierda infantil, izquierda no auténtica, izquierda boba.
América Latina necesita esos recursos naturales, para superar, lo más rápidamente, posible, la pobreza. Es un imperativo, señaló.
Por otra parte, el presidente ecuatoriano señaló que la pobreza es la peor forma de violencia en las sociedades, subrayando que el mejor indicador de la economía no es la tasa de crecimiento.
El desarrollo, apuntó, no es un problema técnico, sino político. El problema es la relación de poder. La solución de la crisis pasa por recuperar el control de los ciudadanos, sobre el capital, y de la sociedad sobre los mercados.
La pobreza en América Latina es consecuencia de la inequidad y esta es consecuencia, a su vez, de la perversa relación de poder, donde pocos dominan todo, incluyendo medios de comunicación, aseveró Correa.