México, 17 Ene (Notimex).- Para enfrentar la pobreza y desigualdad, las comunidades deben aumentar su capacidad de alimentarse mediante la producción, la diversificación y el manejo agroecológico de sus ecosistemas para lograr un mejor nivel de bienestar.
El profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), David Barkin Rappaport, quien obtuvo el Premio Internacional de Estudios en Pobreza 2016, explicó que como parte de su estrategia para impulsar la soberanía alimentaria es medir el nivel de bienestar en términos de alimentos.
Así como autoatención de los problemas sociales y del reconocimiento de que este proceso tiene que avanzar con base en el control local de las necesidades sociales, al menos las dos más importantes: educación y asistencia médica.
En su trabajo La soberanía alimentaria como estrategia para enfrentar la pobreza y la desigualdad refirió que un rasgo importante de este enfoque de soberanía alimentaria es que se combina con una atención a la conservación y rehabilitación de los ecosistemas.
Para lograrlo se requiere la colaboración de la organización colectiva de la comunidad y, en la mayoría de los casos, de la comunicación entre comunidades de una región y la creación de redes, trueques o intercambio y de cooperación social, política y científica.
El investigador estimó que en el país hay alrededor de 15 millones de mexicanos que buscan la manera de aumentar su capacidad no sólo de producción local, sino que ven necesario crear y fortalecer los mercados locales y regionales
El académico advirtió que en la crisis actual, la promoción de esfuerzos locales de producción y diversificación, así como el cuidado medioambiental será una de las estrategias más importantes para enfrentar los modelos dominantes de producción.
Este momento difícil por el que pasa México obligará de cierta forma a por lo menos no impedir algunas de las acciones locales para la autogestión social, productiva y ambiental, aseveró en un comunicado.
Barkin Rappaport obtuvo el Premio Internacional de Estudios en Pobreza 2016, convocado por la Universidad de Bergen de Noruega y el Consejo Internacional de Ciencias Sociales.
El galardón consistió en un estímulo económico que le permitirá apoyar a estudiantes, continuar con ese trabajo y en la publicación de un libro por la editorial inglesa Zed Books.