A continuación un vistazo sobre los tres principales candidatos a la presidencia en las elecciones generales del domingo de Panamá, por orden alfabético:
JOSÉ DOMINGO ARIAS: Empresario de 50 años y candidato del partido en el poder Cambio Democrático, de derecha y fundado por el presidente saliente Ricardo Martinelli. Tiene como compañera de nómina a la primera dama Marta Linares.
Hasta hace poco conocido en la vida política panameña. Se integró a Cambio Democrático en 2006. Fue nombrado tres años después como viceministro de Comercio Exterior y en 2011 se le designó ministro de Vivienda y Ordenamiento Territorial
Arias se convirtió en el abanderado presidencial al ganar las primarias de su partido en 2013. Los críticos dicen que Arias es un hombre sin experiencia y creen que se dejará influenciar por el presidente saliente Ricardo Martinelli, pero asegura que de ganar la presidencia gobernará por encima de cualquier interés personal, de grupo o partido.
Pregona que quiere profundizar los cambios económicos implementados por Martinelli y construir la segunda línea del moderno tren metropolitano en la zona este. El Metro de Panamá fue inaugurado recientemente y es considerado la obra emblemática de la administración saliente.
Entre sus propuestas más publicitadas están la de ampliar la beca universal a los estudiantes universitarios y crear un proyecto para la atención integral de la mujer o “Ciudad Mujer”, emulando un modelo salvadoreño.
JUAN CARLOS NAVARRO: Exalcalde capitalino de 52 años, se presenta como el candidato de mayor trayectoria política por el Partido Revolucionario Democrático, de tendencia social demócrata o de centro izquierda, que intenta regresar al poder por tercera ocasión después que cayó la dictadura hace 24 años.
Tomó mayor notoriedad al liderar una asociación para la conservación de la naturaleza. Se lanzó al ruedo político y ganó la alcaldía en los comicios de 1999 y repitió la victoria en las siguientes elecciones de 2004.
Abanderado de un partido político que fue considerado el brazo político del pasado régimen militar, Navarro pide el respaldo de los panameños con el argumento de que si el partido de gobierno se mantiene en el poder se verá afectada la institucionalidad y democracia del país. El candidato ha acusado a Martinelli de “maleante” y ha prometido investigar acusaciones de corrupción en la administración saliente.
Considera que el próximo gobierno deberá invertir más en la gente, después de un quinquenio de vigoroso crecimiento económico apuntalado por mega obras de infraestructura vial. Sin embargo, también está a favor de la construcción de la segunda línea del tren metropolitano. Durante la campaña rechazó acusaciones de que recibió aportes del gobierno izquierdista de Venezuela.
JUAN CARLOS VARELA: Ingeniero industrial de 50 años, hace un segundo intento por alcanzar la presidencia por el partido Panameñista de centro derecha, luego de que en las elecciones de 2009 claudicara en el umbral de la votación para respaldar la nómina de Martinelli, convirtiéndose en su compañero de fórmula. Fue además canciller.
Pero Varela cayó en desgracia en el gobierno, según asegura al cuestionar manejos poco transparentes en la actual administración. Se lo despidió como canciller y poco después rompió la alianza gubernamental y se convirtió en opositor a Martinelli, sin dejar el cargo de vicepresidente.
Ganó fácilmente la candidatura presidencial del Panameñista para los comicios de 2014 y protagonizó un repunte en las encuestas en las últimas semanas. Se lo considera el arquitecto de varios de los programas sociales que ha implementado Martinelli, como un subsidio a los adultos mayores de 70 años que no reciben jubilación y la transformación de un popular barrio capitalino de emergencia en una zona de edificios residenciales.
El gobierno lo acusa de haber abandonado la coalición por razones políticas y personales, en tanto que la campaña oficialista critica su publicitada oferta electoral de congelar los precios de 22 productos de consumo básicos. Al igual que Martinelli, Varela es un empresario de éxito, aunque en la industria licorera.