“Tenemos que aplicarla (resolución judicial), pero no la respeto en absoluto”, señaló Erdogan en Ankara antes de realizar un viaje a Bakú, la capital de Azerbaiyán. La Corte Constitucional de Turquía exigió el martes pasado a las autoridades de telecomunicaciones levantar la prohibición, impuesta desde el 21 de marzo, porque era una clara violación a la libertad de expresión.
El tribunal consideró una serie de solicitudes individuales presentadas tras el bloqueo, y resolvió por unanimidad que la prohibición era una violación de la libertad de expresión garantizada por el artículo 26 de la Constitución. Recep Tayyip Erdogan había prometido “acabar con Twitter, luego que en esa plataforma se filtraron numerosas acusaciones de corrupción que lo involucraron a él y a su hijo, lo cual siempre negó.
Este viernes otro tribunal ordenó el levantamiento de una prohibición similar en YouTube, donde también se filtraron audios que imputaban a otros funcionarios en casos de sobornos. “No me parece justo y patriótico que el Tribunal Constitucional haya adoptado una decisión de este tipo”, indicó Erdogan, según el sitio web del diario Hurriyet Daily News.
“A pesar de que están protegiendo a una empresa estadounidense, se atropellan nuestros valores nacionales y morales”, anotó Erdogan, que también arremetió contra Facebook, a las que llamó empresas comerciales que sólo ven por sus propios intereses. El fallo del viernes en relación con YouTube habría declarado que 15 vídeos deben permanecer bloqueados. Los usuarios de todo el país habían encontrado muchas maneras de eludir las prohibiciones, las cuales fueron ampliamente criticadas y ridiculizadas.
La controversia sobre las redes sociales coincidió con la campaña para las elecciones locales el 30 de marzo, que fueron ganadas por el gobernante partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), al que pertenece el mismo Erdogan. La amplia campaña contra la corrupción que implica a altos funcionario, empresarios, banqueros y políticos es considerada por el premier como una “conspiración” judicial contra su gobierno.
Erdogan ha prometido erradicar “las bandas que operan bajo la fachada de la religión” para “establecer un Estado paralelo”. El mandatario hizo alusión a la influencia que ejerce Fethullah Gülen, un predicador islámico exiliado en Estados Unidos, cuyos seguidores son especialmente numerosos en los cuerpos de seguridad y el estamento judicial.