“Al principio de su gobierno, daba la impresión que Maduro iba a hablar con el sector privado de la economía y no con la oposición política, pero en las últimas semanas pareciera que es al revés”, sostuvo Garavini en diálogo con Notimex.
Garavini, exembajador venezolano en Suecia, recordó que tras su reñida victoria en las elecciones presidenciales del 14 de abril, Maduro “decidió tomar el camino represivo” lo que derivó en la apertura de procedimientos judiciales contra varios opositores.
Agregó que, paralelamente, Maduro “decidió abrir mesas de diálogo con el sector privado de la economía que buscaban resolver el tema del acceso a los dólares o la escasez”, que se ha agravado en Venezuela desde el año pasado.
Maduro mantuvo esta estrategia hasta octubre, cuando decidió realizar inspecciones masivas a los comercios, que fueron obligados entonces a vender sus mercancías a precios de descuento bajo amenaza de detener a los dueños de las tiendas, agregó el analista.
El mandatario denunció que su gobierno decidió a la “guerra económica” que habría causado la escasez y la inflación, lo que según analistas permitió al gobierno obtener la mayoría de los votos en las recientes elecciones municipales celebradas en diciembre.
Sin embargo, Garavini sostuvo que el llamado al diálogo que Maduro realizó a sus opositores tras las elecciones regionales del 8 de diciembre, podría significar que el presidente está buscando un mayor piso político ante el complicado panorama económico.
El doctor en Ciencias Políticas consideró que la oposición debe acudir al diálogo y buscar que se cumplan sus demandas, aunque esto signifique dejar de lado las denuncias de supuesto fraude electoral que Maduro habría cometido en los comicios de abril.
“El tema de la legitimidad de Maduro tras las elecciones presidenciales ya pasó porque para bien o para mal Maduro es el que está en Miraflores y el que responde el teléfono”, aseguró el también ex embajador venezolano en Guatemala.