La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, fue imputada formalmente por un fiscal argentino, quien la acusa de encubrimiento de los terroristas iraníes responsables del atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en 1994.
De esta forma, el fiscal Gerardo Pollicita retomó la denuncia presentada el 14 de enero último por su colega Alberto Nisman, quien murió en misteriosas circunstancias en su departamento, cuatro días después de acusar a la mandataria.
A partir de la decisión de Pollicita, se activará la investigación en contra de la mandataria, ya que se firmó un requerimiento para que se tomen varias decenas de medidas de prueba que le corresponderán al juez Daniel Rafecas.
En la causa también están imputados el canciller Héctor Timerman, el diputado Andrés Larroque, el dirigente Luis D’Elía y el líder de Quebracho, Fernando Esteche.
Según la investigación realizada por Nisman, todos los imputados obedecieron un plan de Fernández para encubrir a los iraníes a cambio de que no se vieran afectadas las relaciones comerciales con Teherán.
Por su parte, el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, declaró que la imputación es “una maniobra de desestabilización democrática”.
Esta mañana, el gobierno argentino había rechazado por escrito la denuncia de Nisman a través de la procuradora del Tesoro de la Nación, Angélica Abbona.
En su calidad de jefa de abogados del Estado, la funcionaria presentó un documento de 67 páginas, que incluyó elementos probatorios para desestimar su acusación.