Por Adela Mac Swiney González. Enviada
Gijón, 26 Nov (Notimex).- Con una versión actual de Romeo y Julieta basada en las novelas Black, el cineasta Bilall Fallah presentó en la 53 edición del Festival Internacional de Gijón su película, del mismo nombre, con la que compite en la Sección Oficial, con otros 15 filmes.
Acompañado de la actriz Martha Canga Antonio, el cineasta, quien tiene como codirector a Adil El Arbi, habló de su película, que comienza como una teen movie y transcurre como un thriller implacable.
Desde niños tanto Adil El Arbi como yo teníamos la influencia de las películas de Hollywood, nos han influido Oliver Stone, Martin Scorsese, Spike Lee quienes cuentan historias interesantes, cuajadas de contenido, pero dirigidas a un público generalista, dijo.
De esta manera, refirió, Black fue rodada para no ser demasiado artística, que no fuera acción pura y dura, pero que pudiera gustar al público en general.
Además, apuntó, de esta manera pensamos que podíamos ser más honestos y nos enfocamos mucho en los colores, los ritmos y las imágenes.
El cineasta señaló que el primer escollo para lograr la película, un retrato crudo y naturalista del mundo de los gangs metropolitanos, fue encontrar los actores.
Relató que ninguna agencia ni escuela de interpretación belgas pudo ofrecerles actores que no fueran blancos, así que se lanzaron a la calle a buscar a los protagonistas de la película.
Recorrieron calles e institutos durante cuatro meses hasta seleccionar a 500 chicos y chicas. “De ahí salieron 16 diamantes sin pulir, que no habían actuado nunca, pero con mucho potencial, puntualizó.
Uno de esos diamantes es Martha Canga Antonio, fan declarada de las novelas Black del escritor flamenco Dirk Bracke, que llegó al proyecto después de ver un anuncio en Facebook.
Desde el primer momento quise formar parte de esta experiencia maravillosa. Tuve muchas dudas, estaba muy nerviosa, pero cuando comenzamos a rodar me dejé ir e hice lo que tenía que hacer: di el 200 por ciento y ahora quiero continuar en esto, anotó.
La acción de Black trascurre en el distrito multiracial de Molenbeek-Saint-Jean, tristemente nombrado en los últimos días tras los atentados en París y el despliegue policial en el barrio belga buscando terroristas.
Ante ello, Bilall Fallah recalcó que hay muchos chicos que tienen la sensación de que no forman parte del país en el que viven y por eso se van con las pandillas o con ISIS, porque así creen que pertenecen a un grupo.
Bruselas es una ciudad que gusta mucho, puedes comer tus gaufrettes, tus conos de papas fritas, pero ahora no tanto porque está bien jodida, aunque espero que pronto todo pase, concluyó.