La caída de los precios del petróleo a nivel mundial afectaría a México, al tiempo en que el país abre su mercado de combustiles con la Reforma Energética.
La histórica reforma apuntaba a impulsar las ganancias, al permitirle al país aprovechar campos no desarrollados y adoptar nuevas tecnologías para revertir un retroceso de una década en la producción.
Sin embargo, en lugar de eso, la caída de los precios del petróleo obligó a México a reducir en 8.400 millones de dólares su presupuesto para 2015, recortes que, en su mayor parte, afectan al sector energético. Los analistas pronostican que las sociedades energéticas alcanzadas gracias a la reforma atraerán pujas más bajas de lo esperado, algunos proyectos de exploración serán demorados y la paraestatal Pemex verá una crisis de dinero en efectivo y lento crecimiento en puestos de trabajo.
“Si para el siguiente año seguimos en el escenario en el que estamos actualmente, tendremos un impacto debido a que Pemex, y por lo tanto México, no recibirá las mismas ganancias que obtiene de su producción actual”, señaló Jorge Piñón, analista del sector petrolero y energético de la Universidad de Texas. “Es simple aritmética”.
Todo esto es un nuevo dolor de cabeza político para el presidente Enrique Peña Nieto y el Partido Revolucionario Institucional, de cara a las elecciones de junio. La caída en el precio del petróleo llega en momentos en que los mexicanos protestan por la desaparición de 43 estudiantes en septiembre, supuestamente asesinados por un cártel de las drogas en complicidad con la policía local, y en que han criticado duramente a Peña Nieto, su esposa y el secretario de Economía por la compra de lujosas propiedades a contratistas del gobierno.
“Dado el muy mediocre desempeño de la economía en los últimos dos años, ellos esperaban una mejor actuación para llegar a las urnas con algo que mostrar”, dijo Dwight Dyer, un reconocido analista deMéxico y el continente en el Centro de Control de Riesgos en la Ciudad de México. “Esto coloca una presión significativa sobre el PRI, electoralmente hablando”.
Luego de alcanzar un tope de 115 dólares por barril el año pasado, el precio del petróleo descendió hasta cerca de los 44 dólares a finales de enero, el más bajo desde abril de 2009. El crudo estadounidense de referencia se recuperó a más de 50 dólares por barril esta semana, pero algunos analistas de la industria señalan que los precios tal vez no hayan llegado aún a su punto más bajo debido a un exceso de saturación global en el mercado y un lento crecimiento económico mundial.
Cuánto tiempo se mantenga el petróleo abajo o qué tanto tiempo la industria crea que permanecerá será de impacto para las ofertas privadas por contratos de exploración, desarrollo y optimización enMéxico este año.
Piñón estimo que el precio del barril deberá estar alrededor de los 77 dólares para que algunos de los proyectos mexicanos sean redituables. Así que los depósitos de esquistos, por ejemplo, serán menos atractivos mientras los inversionistas potenciales tengan dudas sobre el costo.
Otros proyectos como la exploración de aguas profundas en el Golfo de México, que puede tomar de tres a cinco años en generar producción, probablemente siguen siendo atractivos para los grandes operadores principales, capaces de apostar a que los precios volverán a subir para cuando el petróleo comience a fluir.
La Comisión Nacional de Hidrocarburos, que dirige los procesos de postulaciones, señala que 16 compañías entre las que se encuentran las gigantes Exxon Mobil, Chevron, BP y Shell han expresado interés en 14 bloques de aguas poco profundas disponibles a principios de este año.
En el mediano a largo plazo, la reforma mexicana mejorará, casi con certeza, al sector energético y la actuación económica en general, señaló Dyer. Pero por ahora, la baja en los precios “demora la solución del problema”, especialmente para los esquistos, que son más difíciles técnicamente.
“Viendo las posibilidades en este momento, luce como una situación complicada”, señaló. “No diría que esto descarrilará la reforma energética, pero sí que las expectativas tendrán que ser ajustadas para menores pujas de lo anticipado, una menor inversión”.
El secretario de Hacienda, Luis Videgaray, dijo recientemente que las postulaciones por proyectos no convencionales posiblemente se verán retrasadas.
El gobierno mexicano se apoya en las ganancias del petróleo para casi una tercera parte de sus gastos, y calculó el presupuesto de este año basándose en un precio promedio de 79 dólares por barril. El recorte de 8.400 millones de dólares a su presupuesto representó aproximadamente el 3% de los gastos proyectados y su efecto se sentirá.
Los recortes incluyen grandes proyectos de infraestructura, entre ellos un proyecto para un tren rápido entre la capital del país y la creciente ciudad industrial de Querétaro, el cual también se vio manchado por acusaciones de conflicto de interés. Los recortes afectarán a la clase obrera la cual sería beneficiaria del programa federal de pensiones, a los trabajadores de la educación y a otros que conforman la base del partido gobernante.
El dolor en México pudo haber sido mucho peor sin el agresivo programa de cobertura que el país ha perseguido durante años, incluso cuando los barriles estaban muy por encima de los 100 dólares. Pemex ha fijado con sus clientes un precio de 76,40 dólares por barril para gran parte de su producción de 2015, lo que en esencia le da seguridad ante las variaciones de los mercados internacionales.
México está protegido de mayores recortes causados por las fluctuaciones del precio del petróleo, señaló Fernando Aportela, subsecretario de Hacienda. Pero reconoció que el presupuesto tal vez tenga que sufrir nuevos ajustes si Pemex no alcanza sus objetivos de producción.
La garantía de los precios fijos significa que México está mucho mejor posicionado a corto plazo que otros países petroleros de América Latina, en particular Venezuela, que recibe casi todos sus ingresos del crudo y ya batalla contra una fuerte recesión, inflación del 60% y carencias cada vez más severas de alimentos y otros servicios.
Tanto Colombia como Ecuador reciben más de la mitad de sus ingresos por la exportación del petróleo y están tomando medidas para contener esas pérdidas. Argentina, que aprobó una ley en noviembre con el objetivo de atraer inversión extranjera a proyectos petroleros, también podría sufrir una disminución de interés por parte de los inversionistas.
Aun cuando los precios bajos del petróleo son malos para Pemex y el presupuesto mexicano, también podrían impulsar a la economía en general si generan crecimiento en el vecino Estados Unidos, el principal socio comercial de México.
Michael Levi, investigador de energía y ambiente en el Consejo de Relaciones Exteriores, dijo que Méxicoaún necesita hacer más para reducir su dependencia en el petróleo, incluido el diversificar sus fuentes de ganancia federal y mejorar su recaudación de impuestos.
“El programa de coberturas de México posiblemente hace que muchos otros países estén celosos en este momento, pero no es la respuesta a largo plazo a los precios del petróleo”, señaló Levi.
“Este no es el año en que las cosas podrían doler realmente”, agregó. “Si un precio sustancialmente más bajo se mantiene uno o dos años más, estarán en una situación mucho más estresante”.