El líder opositor Leopoldo López, que se entregó voluntariamente a las autoridades, fue trasladado el martes a un tribunal para responder por su presunta responsabilidad en los incidentes de la semana pasada, que dejaron tres muertos y detonaron una ola de protestas en el país.
“Tenía opción de irme, pero no me voy a ir de Venezuela nunca. La otra opción era quedarme escondido en la clandestinidad y no tenemos nada que esconder”, dijo López ante miles de seguidores. Destacó que si su arresto permite a “Venezuela despertar definitivamente… mi encarcelamiento valdrá la pena”. “Les ruego que cuando me entregue, les pido por favor que tengamos prudencia”, dijo a través de un megáfono.
Durante los últimos ocho días, las protestas callejeras se han multiplicado en la capital y otras ciudades, con un saldo de unos dos centenares de detenidos.
El presidente Nicolás Maduro acusa López, de 42 años, de encabezar un complot “fascista” financiado por Estados Unidos. El dirigente opositor ha negado las acusaciones y aseguró que es un “perseguido político”.
El opositor resaltó que el lugar escogido para entregarse fue elegido para explicar a viva voz las razones de su lucha. Los más de 10.000 manifestantes, vestidos de blanco y con gorras con el tricolor nacional, acataron el llamado de López y se alejaron pacíficamente de las fuerzas de seguridad rumbo a una populosa plaza del este de la ciudad. “No arriesgaré a nadie, no caigamos en violencia”, afirmó, y se montó en un vehículo blindado de la Guardia Nacional.
A solicitud de la Fiscalía, los delitos que se le imputarían son homicidio intencional, terrorismo, lesiones graves, incendio de edificio público, instigación a delinquir y delitos de asociación, entre otros.
En un video grabado antes de su detención y difundido el martes por la noche, Leopoldo López pidió apoyo a su causa y acusó al gobierno de falsear los hechos. “Si están viendo este video es porque ya se ejecutó un abuso más por parte del gobierno, lleno de mentira , de falsedades, de torcer los hechos y buscar manipular la realidad que estamos viviendo los venezolanos”, dijo López, sentado y acompañado de su esposa.
“En este momento nos toca organizar un movimiento profundamente social, que llegue a todos los rincones del país… que tengamos la capacidad de difundir nuestro mensaje y de actuar cuando tengamos que actuar”, indicó. “Viéndole los ojos de mis hijos, yo he conseguido la mayor fortaleza para dar esta lucha”, dijo López con la voz resquebrajada.
Blanca Rosa Mármol, exmagistrada del Tribunal Supremo de Justicia, declaró a la AP que el caso “eminentemente es una criminalización de la disidencia porque de todos es sabido que Leopoldo López no es responsable penalmente de los delitos que le imputan”. Dijo que las autoridades buscan sacarlo “de la vida pública” por su arrastre popular
Las autoridades abrieron contra López un proceso por su presunta responsabilidad en los violentos incidentes que se registraron el 12 de febrero en Caracas tras una multitudinaria marcha de universitarios y opositores al gobierno.
La organización defensora de los derechos humanos Human Rights Watch denunció violaciones al debido proceso en el caso del López y el director para las Américas de esa organización, José Miguel Vivanco, expresó en un correo electrónico que las autoridades “no han presentado ninguna prueba seria, sólo insultos y las teorías de conspiración”.
El mandatario se mostró complacido con la entrega de López. “Hoy deben saber ustedes que se desarrollaron acontecimientos hasta esta hora pacífica con la entrega como debía ser de este jefe político de la derecha fascista venezolana, que ya está en manos de la justicia”, dijo ante trabajadores públicos que encabezaron una multitudinaria marcha.
Horas después, el alcalde de una localidad del estado central de Carabobo reportó un incidente violento durante una caminata opositora que dejó 11 heridos, al menos tres de bala, cuando fue presuntamente atacada por un grupo de unos 30 hombres armados en motocicleta, dijo a la AP Enzo Scarano, alcalde del municipio San Diego.
Los manifestantes acusaron a Nicolás Maduro y a su predecesor Hugo Chávez de los altos índices de delincuencia y otros problemas, como la galopante inflación y la escasez de bienes y servicios de primera necesidad.
Jen Psaki, portavoz del Departamento de Estado norteamericano, dijo que culpar a Estados Unidos por lo que sucede en Venezuela carece de seriedad y es un ardid del gobierno para distraer la atención de sus propias acciones y la “grave situación” que enfrenta.
La entrega del líder opositor ocurrió un día después que el gobierno declaró persona non grata a tres funcionarios consulares de Estados Unidos, alegando que apoyaban a la oposición en supuestos planes para derrocar al gobierno.
Luis Vicente León, presidente de la encuestadora venezolana Datanálisis, afirmó a la AP que la detención de López podría convertirse en un problema para el gobierno porque podría convertirlo en un “mártir” y un “monstruo político”.
León agregó en entrevista telefónica que el proceso contra López podría ayudar al gobierno a desviar la atención de los graves problemas que enfrenta el país, pero que el malestar que existe entre los venezolanos no se podrá aplacar. El analista indicó que las protestas son una señal clara del malestar general y aseguró que esa situación se mantendrá y originará “un empeoramiento de la situación económica.