El gobierno de coalición de centroderecha está cerca de la reelección, según sondeos, pese a implementar aumentos de impuestos y reducir salarios, pensiones y servicios públicos en los últimos cuatro años.
Esas políticas fueron parte de un plan de la eurozona para restaurar la salud financiera del bloque de 19 naciones tras su crisis de deuda. El gobierno ha advertido que el país no puede darse el lujo de regresar a los programas de gastos del pasado y debe mantener frugalidad hasta que la carga de su deuda sea más baja.
El rival más cercano de la coalición gobernante es el Partido Socialista, de centroizquierda, la principal fuerza opositora, que acepta las reglas financieras de la eurozona pero promete comenzar a aliviar la carga tributaria y acelerar el crecimiento por medio del consumo interno.
A diferencia de otros países en la eurozona, no han emergido en Portugal prominentes partidos radicales combatiendo la austeridad en estos tiempos difíciles. Los votos de protesta usualmente van a parar al Partido Comunista, que se espera consiga su usual respaldo de 10%, y el nuevo Bloque de Izquierda, que se pronostica consiga 5%.
El Partido Comunista quiere que Portugal salga de la eurozona. El Bloque de Izquierda quiere renegociar la deuda nacional, demandar mejores términos de pago a los acreedores y poner fin a medidas de austeridad al tiempo que eleva los impuestos corporativos.
Un puñado de grupos anti austeridad apenas ha aparecido en los sondeos.
Para el mediodía (1100 GMT), la cifra de participación en los comicios había alcanzado 20,7% de los votantes elegibles, dijo el gobierno.
Portugal estuvo al borde de la bancarrota durante la crisis financiera de la eurozona y necesitó un rescate de 78.000 millones de euros (87.000 millones de dólares) en el 2011. Los socialistas estuvieron en el poder durante seis años antes de ese importante momento, lo que les dejó vulnerables a acusaciones de mala administración.
Los recortes de gastos y alzas de impuestos del subsiguiente gobierno de centro derecha contribuyeron a hundir a Portugal en una recesión de tres años.