El Consejo de Seguridad sigue fallándole a los sirios al no ponerse de acuerdo ni siquiera sobre las medidas para garantizar el suministro de artículos de primera necesidad a las personas en zonas sitiadas”, argumentó Navi Pillay. Se estima que al menos 240 mil personas permanecen atrapadas en zonas en estado de sitio en Siria, perpetrados principalmente por las fuerzas del gobierno, señaló un reporte publicado este miércoles por la ACNUDH.
Indicó que asedios impuestos por las fuerzas gubernamentales sirias y las milicias progubernamentales, así como por los grupos armados de la oposición han dado lugar a graves dificultades, el sufrimiento y las muertes de civiles. Esto en clara violación de las obligaciones impuestas por el derecho internacional humanitario y la ley de derechos humanos, indicó.
El documento se centra en varios asedios constantes establecidos por las partes en el conflicto en las gobernaciones de Damasco Rural, Damasco, Homs y Alepo, que son ilustrativos de un fenómeno más amplio.
Pillay dijo que el análisis confirma los efectos devastadores de los asedios en la población civil, incluyendo a las personas más vulnerables. La situación en la ciudad vieja de Homs ha estado en el centro de atención recientemente, con familias evacuadas que hablan de las dificultades graves que tuvieron que soportar durante más de 600 días de vida en estado de sitio, observó Pillay.
El reporte destacó otras áreas en el país en el que las personas han sido atrapadas en condiciones similares y que viven en la más absoluta miseria, afirmó la Alta Comisionada.
El hambre como método de guerra, además de la imposición de los asedios que ponen en peligro las vidas de la población civil mediante la privación de los bienes esenciales para la supervivencia están prohibidas por el derecho internacional humanitario, advirtió Navi Pillay. El documento denunció que las partes del conflicto han impedido la circulación de personas, bienes y suministros a través de un sistema de barricadas y puestos de control.
Lo que se suma a las dificultades de los civiles que se enfrentan a la escasez que amenaza sus vidas sin alimentos, agua, electricidad, combustible y suministro de medicinas, indicó. En ocasiones, los civiles habrían sido impedido de huir a través de las barricadas y puestos de control por diferentes agencias militares y de seguridad del Estado”, condenó.
Asimismo, en el caso de las poblaciones asediadas por fuerzas del gobierno, se suman los bombardeos y los bombardeos aéreos, que han dado lugar a una importante pérdida de vidas y han dañado o destruido bienes indispensables para la supervivencia de la población civil.
En Damasco Rural, hospitales de campaña, puestos médicos, generadores de energía y tanques de agua han sido dañados o destruidos como consecuencia de los bombardeos del gobierno, indicó el reporte.
Las entrevistas a través de Skype con personas que experimentan la vida en las ciudades sitiadas reportan un panorama sombrío. Un médico de ortopedia en la vieja Homs informó al ACNUDH que no podía realizar operaciones de la médula espinal simples, que en algunos casos causaron parálisis, señala el texto. “Docenas de casos de fractura y las lesiones relacionadas con las extremidades han terminado en amputaciones o la muerte”, agregó. Mientras, se estima que más de 173 mil personas están atrapadas en Ghouta.
Según informes, los cléricos religiosos han emitido edictos permitiendo a los residentes a comer gatos y perros para sobrevivir. El ataque químico en al-Muadhamiya en agosto de 2013 también dejó gran parte del personal médico incapacitado e incapaz de tratar a los demás, deploró.
En Yarmouk, decenas de muertes han sido reportadas debido a diversos factores, entre ellos por inanición, el consumo de alimentos en mal estado y la escasez crónica de suministros médicos. Además debido a la falta de conocimientos médicos para tratar a las personas enfermas y a las embarazadas atrapadas en el campamento, señaló.
El informe describe la situación precaria de varias poblaciones más en estado de sitio y la imposibilidad de distribuir ayuda humanitaria, lo que también está vetado por el derecho humanitario y las Convenciones de Ginebra y se considera un crimen de guerra. En virtud del derecho internacional humanitario, las partes en el conflicto deben permitir el paso seguro de las personas fuera de la zona sitiada.
Deben garantizar que los heridos y los enfermos sean recogidos y asistidos, y no se deben destruir los bienes indispensables para la supervivencia de la población civil a través de bombardeos indiscriminados y ataques. El gobierno parece haber violado todos los requisitos anteriores valoró Pillay, quien también condenó a la oposición por bloquear el acceso de ayuda a los más vulnerables.