El ministro colombiano de Defensa Juan Carlos Pinzón demandó el domingo a las FARC entregar a los responsables de la muerte de dos policías, como un gesto de su verdadera voluntad de hacer la paz.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), con las que el gobierno del presidente Juan Manuel Santos realiza en Cuba negociaciones de paz desde fines del 2012, se responsabilizaron de la muerte de los dos policías en un comunicado divulgado la víspera en su página de internet.
“Si las FARC tienen voluntad de paz deberían entregar a responsables de asesinato y tortura de nuestros policías en Tumaco”, indicó el ministro en su cuenta de Twitter.
Más tarde, la Presidencia informó en un comunicado que si en los diálogos de paz “verdaderamente no nos aproximamos al fin del conflicto, es hora de que las FARC no sólo lamenten los crímenes cometidos, sino que asuman su responsabilidad y le respondan a sus víctimas”.
Los dos policías “se encontraban en poder de las FARC y fueron asesinados de la manera más cobarde e inhumana, en estado de indefensión. No existe justificación alguna de un crimen de esa naturaleza, que es un crimen de guerra y una grave violación de los derechos humanos”, añadió la Presidencia en su texto, divulgado en su ciberpágina.
El diálogo de paz, agregó, “de ninguna manera libera a las FARC de sus responsabilidades frente al Derecho Internacional Humanitario y al derecho internacional de los derechos humanos. Tendrán que responder por todos los crímenes de guerra y de lesa humanidad que hayan cometido y que sigan cometiendo”.
La policía confirmó el 18 de marzo que dos cadáveres encontrados esa madrugada en la zona rural de Tumaco, a unos 600 kilómetros al suroeste de Bogotá, correspondían al mayor Germán Méndez, de 33 años, y al patrullero Edilmer Ortiz, de 28, quienes fueron reportados como desaparecidos el 15 de marzo. Los dos policías, según las autoridades, vestían de civil y andaban desarmados porque cumplían tareas de una oficina de programas sociales del gobierno para comunidades necesitadas.
En su comunicado, las FARC dijeron que la captura de Méndez y Ortiz desató un operativo de persecución de la fuerza pública y que los milicianos en aquella región “sin tiempo para comunicar su situación a sus superiores… se vieron obligados a proceder contra ellos, cuidándose de no emplear sus armas de fuego por razones de seguridad”.
El Instituto de Medicina Legal indicó esta semana que ambos policías murieron como resultado de los golpes que sufrieron en distintas partes del cuerpo con objetos contundentes, aunque no podían determinar de inmediato si fue con palos o martillos; además, Ortiz fue degollado. Ninguno de los dos tenía impactos de balas, indicó el Instituto al revelar detalles de la autopsia.