Malcolm Hoenlein, vicepresidente de la Conferencia de Presidentes de las Organizaciones Judías Más Importantes, indicó a The Associated Press que la campaña enmascara una forma “políticamente correcta” de antisemitismo y pidió una “tolerancia cero” con el boicot.
Sus comentarios fueron formulados días después de advertir el secretario de Estado norteamericano John Kerry que Israel podría ser sometido a un boicot si no llega a un acuerdo de paz con los palestinos. Kerry media en las negociaciones entre israelíes y palestinos y pronto presentará una visión del acuerdo, por lo menos en un marco general.
Hoenlein dijo que la campaña del boicot es peligrosa para Israel. “Debemos contener el movimiento BDS de la forma más enérgicamente posible”, dijo en la entrevista con la AP, en alusión al movimiento palestino conocido por las siglas de boicot, desinversión y sanciones. “Ello significa tolerancia cero y esa debe ser la consigna de nuestro tiempo porque es uno de los desafíos de nuestro tiempo, este e Irán, y es algo que las futuras generaciones nos juzgarán porque pagarán un precio por ello. “La gente comienza a reconocer lo perverso que es esto, lo insidioso que es este movimiento, algo que no puede ser menospreciado”, agregó.
Hoenlein dijo que los que boicotean a Israel minan la posibilidad de la paz y dañan los intereses económicos de los palestinos. Agregó que por lo menos un alcalde de una importante ciudad palestina le pidió que combata el movimiento del boicot por temor a los trabajos que perderían los palestinos en los asentamientos israelíes.
Por otra parte, Israel demolió 390 viviendas precarias y otras estructuras en el Valle del Jordán, Cisjordania, en el 2013, desplazando a casi 600 palestinos, el doble que el año anterior, anunció el jueves un organismo de las Naciones Unidas.
La suerte del valle es un tema contencioso en las negociaciones que encabeza Estados Unidos para lograr un acuerdo que permita la creación de un estado palestino junto a Israel. Los palestinos quieren que el estado incluya Cisjordania, la Franja de Gaza y el este de Jerusalén, territorios capturados por el estado judío en 1967. El Valle del Jordán formaría la frontera oriental de un estado palestino con Jordania.
Israel busca mantener una presencia militar a largo plazo en el valle incluso después de cualquier acuerdo, por razones de seguridad, incluyendo la posible llegada de armas y milicianos del este. El presidente palestino Mahmud Abbas dijo que consideraría una retirada gradual de las fuerzas israelíes de un estado palestino a lo largo de cinco años, pero no más tiempo.
Los palestinos mantienen que necesitan el valle, escasamente poblado, como granero de su futuro estado y para reubicar a los refugiados palestinos que volverían del exilio. Israel ha limitado drásticamente el desarrollo palestino en el valle, según sus detractores, y sigue controlando la mayor parte del territorio en esa área.
La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios dijo que Israel demolió 390 estructuras de propiedad palestina en el valle en el 2013, frente a 172 el año anterior. Unos 590 palestinos fueron desplazados el año pasado, frente a 279 en el 2012, agregó la agencia.
Los funcionarios israelíes no formularon comentarios sobre las demoliciones, pero Israel ha dicho que en otras ocasiones las estructuras demolidas han sido levantadas sin los correspondientes permisos. En otras zonas de Cisjordania, un funcionario distrital palestino, Ghassan Daghlas, dijo que unos 100 olivos fueron dañados en la noche del martes al miércoles en un presunto ataque de colonos judíos cerca de la aldea de Yanoun.