Columnas de humo parecen surgir desde las entrañas de la tierra en el cerro Ramaditas, donde gigantescas lenguas de fuego arrasaron la madrugada del lunes más de un centenar de viviendas que elevan a más de 2.000 las casas destruidas, mientras infantes de marina se aprestan a evacuar a unas 700 familias ante el riesgo que sus hogares sean alcanzados por las llamas impulsadas por un fuerte viento.
Desde el fondo de las quebradas, se levantan columnas de humo del gigantesco incendio que estalló el sábado en la tarde sin que pueda ser extinguido tres días después.
Más de 10 helicópteros dejan caer casi sin cesar miles de litros de agua en las quebradas del cerro Ramaditas, encima de decenas de personas que rasguñan la tierra donde hasta el domingo se levantaban sus humildes casas, y que agradecen una fina lluvia caída en sobre esta ciudad-puerto, 120 kilómetros al noroeste de Santiago. En la lucha desde al aire toman parte además aviones hidrantes.
“Estamos ante la mayor operación aérea para enfrentar un incendio de esta envergadura”, dijo la presidenta Michelle Bachelet, que calificó el siniestro como “un incendio y un fuego de dimensiones nunca vistas”.
Mientras hombres y mujeres removían escombros, centenares de jóvenes caminaban varios empinados kilómetros cerro arriba, con botellas de agua mineral y palas, para ayudar a los damnificados, en una escena que se repetía en otros cerros arrasados por las llamas.
Las viviendas calcinadas se convirtieron en escombros que semejan costras de materiales plásticos que ardieron a más de 800 grados Celcius, y por doquier se observan latas que fueron techumbres, lavadoras y refrigeradores.
Carolina Ovando, 22 años, dueña de casa, casada, tres hijos pequeños, perdió su humilde casa de madera el domingo por la noche, y mientras sostiene una frazada de niño en sus brazos, con ojos llorosos dijo a The Associated Press que “vamos a levantar (la casa) aquí mismo. ¿Adónde más vamos a ir?” se pregunta.
Los incendios hasta el momento han consumido casi 900 hectáreas de bosques, más de 2.100 viviendas, y calcinado a 11 personas. Una de ellas, que escapó de las llamas al regresar al día siguiente y ver su barrio devastado, murió de un infarto al corazón.
La Corporación Nacional Forestal dijo que los incendios y las brasas proseguirán por unos 20 días más.
Un 25% de los 42 cerros de Valparaíso han sido atacados por las llamas, en uno u otro momento, y el lunes es el cerro San Roque el que vive la agonía que el domingo vivió Ramaditas. Algunos residentes optaron por evacuar voluntariamente, los otros dicen que esperarán hasta último minuto pasar salir ayudados por los infantes de marina, que colaboran en la custodia de los vecinos por orden de la presidenta Bachelet.
Bachelet suspendió una visita oficial que realizaría el martes a Argentina y Uruguay. En Buenos Aires, se informó oficialmente que el canciller argentino Héctor Timerman expresó a su par trasandino las “condolencias y solidaridad” de Argentina por la tragedia y ofreció la colaboración de los socorristas del grupo de voluntarios Cascos Blancos y aviones hidrantes.
La mayor parte de las viviendas consumidas pertenecen a personas humildes, pero también a familias de clase media. Algunas eran los hogares de bomberos que siguen combatiendo las llamas, y de funcionarios públicos que siguieron atendiendo a los damnificados.
Este hermoso puerto sobre el Pacífico, está compuesto por aproximadamente un kilómetro de calles planas, y está rodeado por cerros que encierran el plan, donde funciona el Congreso, la Comandancia en Jefe de la Armada, y el centro comercial y financiero de la ciudad, de más de 250.000 habitantes.
El crecimiento habitacional en el cerros no guarda ningún orden, la mayoría son auto construcción, ocupaciones ilegales, y muchos, como Ramaditas y La Cruz, poseen sólo energía eléctrica domiciliaria y callejera, pero carecen de agua potable, grifos y alcantarillado. Son abastecidos semanalmente por camiones aljibes.
Expertos urbanistas presionan para que ahora se debe planificar una construcción ordenada, con calles y no huellas de caminos, por las que los carros de bomberos se mueven con mucha dificultad y en ocasiones quedan atrapados entre el tránsito.
En El Vaticano se dio a conocer un mensaje enviado por el papa Francisco al obispo de Valparaíso, Gonzalo Duarte.
“Ante la triste noticia del terrible incendio que está afectando a la ciudad de Valparaíso, el papa Francisco desea expresar su cercanía espiritual a todos sus habitantes, ofreciendo sufragios por los fallecidos en este grave desastre”, señaló el mensaje papal.