Un perro llamado Molly, de solo 18 semanas de edad, murió de un infarto provocado por el sonido de los cohetes que lanzaron cerca de su hogar, en la localidad inglesa de Wombwell.
El perrito de raza terrier no soportó el estrés que le generó los proyectiles. Luego del lamentable hecho su dueña compartió una publicación donde expresó su tristeza e indignación.
Varios internautas se unieron al dolor de Susan Paterson, quien compartió una petición donde solicita la restricción los cohetes.
La petición fue lanzada por la plataforma change.org, donde piden a las autoridades limitar el uso de fuegos artificiales para proteger a las mascotas del miedo y las lesiones que estos le producen.
“Mi familia todavía no lo asimila y estamos tratando de dar sentido a lo que sucedió. Tememos los fuegos artificiales de nuevo esta noche”