Hillary Clinton se opuso a las perforaciones petrolíferas en el Ártico autorizadas por el presidente Barack Obama, así como a los retrasos impuestos por el gobierno sobre el oleoducto Keystone XL, en uno de los gestos más claros hasta ahora de la favorita demócrata para distanciarse del presidente de Estados Unidos.
Después de mostrarse de acuerdo con él en la mayoría de temas durante su campaña por la candidatura a la presidencia en 2016, Clinton se inclinó a la izquierda del presidente Obama al hablar sobre el cambio climático. En unas pocas horas expresó su descontento con que se permita a Royal Dutch Shell perforar en el océano Ártico, y se mostró impaciente por una decisión sobre el polémico oleoducto Keystone XL.