De acuerdo con fuentes vaticanas, que confirmaron las versiones del semanario Credere, Paulo VI, que fungió entre 1963 y 1978, podrá ser elevado a la gloria de los altares.
La fecha probable para la ceremonia sería la del próximo 19 de octubre, en ocasión de la conclusión del Sínodo extraordinario de obispos para la familia.
De acuerdo a las fuentes, el milagro atribuido a la intercesión de Paulo VI se verificó en 2001 en Estados Unidos.
Tiene que ver con la curación inexplicable desde el punto de vista científico de un feto de 24 semanas que presentaba ruptura de la vejiga, con presencia de líquido en el abdomen y ausencia del líquido en el saco amniótico.
El caso era considerado desesperado y los médicos advirtieron a la madre que el producto moriría en el útero o que nacería con graves problemas, por lo que le sugirieron abortar.
La mujer, según las fuentes, se negó y por consejo de una monja italiana que había conocido a Paulo VI le rezó para pedir su intercesión.
Luego de 10 semanas de los análisis los médicos constataron una notable mejoría y el bebé nació por cesárea a la semana 39 de gestación.
De acuerdo con el semanario Credere, el caso llegó a Roma y la investigación diocesana respectiva, necesaria para establecer si existían los requisitos para que fuera considerado un milagro atribuible a Paulo VI, inició en 2003.
Según los testimonios recogidos por la Congregación para las Causas de Santos, la curación del bebé, que ahora es un adolescente, es considerada científicamente inexplicable.
Ello abre el camino para la beatificación de Paulo VI, cuyas virtudes heróicas fueron reconocidas por Benedicto XVI el 20 de diciembre de 2012.