Dos conductores de una empresa del transporte público de la capital paraguaya se cosieron la boca en protesta tras ser despedidos y advirtieron el viernes que continuarán sin consumir alimentos sólidos hasta ser reincorporados.
Marcial Calderón, de 34 años, y Andrés Pico, de 33, se encuentran acostados en el suelo debajo de una precaria tienda de plástico cerca del punto de partida de los buses, 18 kilómetros al este de Asunción.
“Estos compañeros hace dos días están con la boca cosida consumiendo solo agua, leche y jugos. Ellos fueron despedidos junto con otros 14 conductores solamente porque cuando los buses se descomponían en la vía pública devolvían a los usuarios el dinero pagado como pasaje“, dijo el sindicalista Wilfrido Borja a The Associated Press.
Agregó que “desde el lunes otros compañeros se coserán la boca y tienen pensado no consumir alimentos sólidos hasta que sean reincorporados“.
En tanto, Miguel Taboada, jefe de Recursos Humanos de la empresa de buses, indicó que el tema “irá a consideración del Ministerio del Trabajo” la próxima semana, sin dar mayores explicaciones.
En los últimos años se ha vuelto costumbre en Paraguay que los trabajadores, como medida de protesta, se cosan la boca o se crucifiquen a un madero clavándose las manos.