Fue la primera ocasión en que el pontífice asumió personalmente la responsabilidad por los crímenes sexuales de sus sacerdotes e imploró perdón. Francisco hizo sus declaraciones después de ser objeto de las críticas de los grupos de defensa de las víctimas por una supuesta falta de atención sobre el problema y las exigencias de que sancione a los obispos que encubrieron a los pedófilos.
El Papa Francisco hizo los comentarios durante discurso ante los miembros de la Oficina Internacional Católica de la Infancia, una red católica francesa de organizaciones que protegen los derechos de los niños. Sentado junto a ellos el viernes en su biblioteca, Francisco habló lenta y suavemente en español, su lengua materna, desviándose del texto que tenía.
“Me siento interpelado a hacerme cargo de todo el mal que algunos sacerdotes, bastantes; bastantes en número, aunque no en comparación con la totalidad. Hacerme cargo de pedir perdón del daño que han hecho por los abusos sexuales de los niños”, dijo.
“La Iglesia es consciente de este daño”, continuó. “No vamos a dar un paso atrás en lo que se refiere al tratamiento de estos problemas y a las sanciones que se deben poner, al contrario. Creo que debemos ser muy fuertes. Con la vida de los chicos no se juega”.
Ningún Papa había asumido personalmente la responsabilidad por las decenas de miles de niños que fueron abusados ??por sacerdotes durante décadas, mientras los obispos eran trasladados de parroquia en parroquia en lugar de denunciarlos a la policía. Juan Pablo II denunció a los sacerdotes que hieren a los niños, al decir que no había lugar para ellos en el sacerdocio. Benedicto XVI expresó tristeza y pesar por las víctimas, se reunió y hasta lloró con ellas. Pero ninguno de los dos asumió la responsabilidad personal por el escándalo o suplicó perdón como lo hizo Francisco.
El mes pasado, Francisco nombró a los primeros miembros de una comisión para que lo asesore sobre las mejores prácticas para combatir el abuso sexual en la Iglesia. La mitad de ellos son mujeres y una, Marie Collins, fue agredida sexualmente por un sacerdote cuando era niña.
Collins, quien se convirtió en una reconocida activista de la lucha por la justicia de las víctimas, instó anteriormente a Benedicto XVI a pedir personalmente perdón por el escándalo y por aquellos líderes eclesiásticos que ponen la lealtad a la iglesia por encima de la seguridad de los niños.
El Vaticano ha dicho que Collins y los otros miembros redactarán los estatutos de la comisión y se ocuparán de los “deberes y responsabilidades” legales del personal de la iglesia, una sugerencia de que podrían abordar la cuestión fundamental de sancionar a los obispos cómplices. La ley canónica prevé sanciones en caso de que un obispo sea negligente en el desempeño de sus funciones, pero hasta la fecha ningún obispo ha sido castigado por proteger a un abusador.
Francisco nombró a los miembros de la comisión después de ser criticado por no tomar ninguna medida desde que la propia comisión se anunció en diciembre. A los grupos de víctimas también les ha molestado que no se haya reunido con los sobrevivientes y que dijera recientemente a un periódico que la iglesia había sido injustamente atacada por su historial de abusos.