La sala de prensa vaticana difundió este día un telegrama enviado por el número dos de la Santa Sede, el secretario de Estado Pietro Parolin, a Ugo Eugenio Puccini Banfi, obispo de Santa Marta, la diócesis donde se encuentra la población del siniestro.
El texto lamentó las numerosas víctimas, entre ellas muchos niños, además de solicitar al obispo que haga llegar su cercanía y afecto a todos los afectados en tan lamentable percance.
En su plegaria, su santidad pide fervientemente a Dios que conceda el eterno descanso a los fallecidos en esa tragedia. Desea también manifestar a través de vuestra excelencia sus sentimientos de pesar a las familias de los difuntos, junto a su esperanza y consuelo para con los heridos, con el vivo deseo de que se restablezcan totalmente lo antes posible, indicó.
El Papa Francisco, muy unido a cuantos lloran por esta desgracia, suplica abundantes bendiciones divinas sobre los hijos e hijas de esas amadas tierras, agregó.
Unos 33 niños de entre dos y 10 años fallecieron entre el domingo y el lunes a causa de un accidente que provocó el incendio del autobús en el que viajaban, el cual debía conducir a los pasajeros desde una iglesia hasta sus casas.