El Papa Francisco condenó hoy con fuerza el uso de armas químicas en Siria y lanzó un angustioso clamor por la paz, pidiendo a las partes involucradas en el conflicto interno que ensangrenta a ese país poner fin a los enfrentamientos.
“El uso de la violencia nunca trae la paz. La guerra llama a la guerra, la violencia llama a la violencia”, advirtió durante su discurso dominical con motivo del rezo del Ángelus, que pronunció ante miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro.
Por primera vez Bergoglio dejó de lado la reflexión bíblica semanal y dedicó todo su mensaje al tema de Siria, amonestando abiertamente a los responsables de la violencia.
“Pensemos: cuántos niños no podrán ver la luz del futuro. Condeno con especial firmeza el uso de las armas químicas. Les digo que todavía tengo fijas en la mente y en el corazón las terribles imágenes de los días pasados”, señaló.
“Hay un juicio de Dios y también un juicio de la historia sobre nuestras acciones, del que no se puede escapar”, agregó, hablando en italiano.
El jefe de la Iglesia católica dijo ser intérprete del “grito de angustia” por la paz que se levanta en todas las partes de la tierra, en todos los pueblos, en cada corazón, en la única gran familia que es la humanidad.
Aseguró que vive con especial sufrimiento y preocupación las numerosas situaciones de conflicto que hay en el mundo, además de declararse “profundamente herido” y “angustiado” por la dramática evolución que se está produciendo.
Pidió “con todas sus fuerzas” a las partes en conflicto que escuchen la voz de su conciencia, que no se cierren en sus propios intereses, sino que vean al otro como a un hermano y que emprendan con valentía y decisión el camino del encuentro.
El Papa Francisco exhortó a la comunidad internacional a hacer todo esfuerzo posible para promover, sin más dilación, iniciativas claras a favor de la paz, basadas en el diálogo y la negociación.
“Que no se ahorre ningún esfuerzo para garantizar asistencia humanitaria a las víctimas de este terrible conflicto, en particular a los desplazados en el país y a los numerosos refugiados en los países vecinos”, solicitó.
“Cuánto sufrimiento, cuánta destrucción, cuánto dolor ha ocasionado y ocasiona el uso de las armas en este atormentado país, especialmente entre la población civil inerme”, apuntó.