PANAMA (AP) Panamá busca atender la crisis sanitaria generada por la masiva presencia de inmigrantes cubanos en un poblado remoto en el Caribe, un activo punto de ingreso de los isleños en su larga travesía hacia territorio estadounidense.
El gobierno panameño Seguirá dando asistencia humanitaria y permitiendo a los cubanos que transiten en su territorio para que continúen viaje a través de América Central, a pesar de que ello ha creado una crisis en la región y varios miles permanecen varados en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua.
“No queda de otra”, dijo el director del Servicio Nacional de Migración de Panamá, Javier Carrillo, en una entrevista telefónica con The Associated Press, al consultarle sobre si se mantiene la política de permitir el ingreso y salida de los isleños, o si se estaba replanteando otra medida. Reiteró el argumento de que Panamá no es responsable de este flujo creciente en los últimos años y que solo es usado como país de tránsito.
Pero este flujo comienza a representar un grave problema para este país en el tema sanitario.
El ministro consejero en temas de salud, Temístocles Díaz, dijo telefónicamente el martes a la AP que los servicios de letrinas y de agua potable ya están desbordados en Puerto Obaldía, sobre la vertiente del Caribe y en la frontera sur con Colombia, debido a la presencia de un millar de cubanos que esperan salir de allí y a varios miles que estarían llegando próximamente.
De acuerdo con reportes oficiales, entre 1.000 y 1.100 cubanos permanecen en Puerto Obaldía, un poblado de 400 habitantes y con presencia de un centenar de policías fronterizos panameños. Allí solo se llega por vía marítima o aérea.
Los cubanos salen diariamente de Puerto Obaldía a cuenta gotas, ya sea a través de aviones pequeños de una aerolínea local, o mediante un viaje por mar a otro puerto del Caribe para de allí tomar otros vuelos a la capital panameña, desde donde emprenden el resto de la ruta por carretera por el norte de Centroamérica.
En Puerto Obaldía tienen que esperar que amigos o familiares les transfieran dinero desde Estados Unidos a una sucursal de una casa de cambio que opera en ese poblado. Mientras tanto, los inmigrantes se acomodan para dormir en un parque a la intemperie y hacen sus necesidades en cualquier lado, señaló el ministro Díaz.
Las autoridades han enviado una barcaza con plantas para potabilizar el agua y materiales para construir letrinas, y el miércoles viaja a Puerto Obaldía un grupo del Ministerio de Salud que debe dar un informe los próximos días, según el ministro consejero.
De este reporte, agregó, dependerá si se toma la decisión de declarar un estado de emergencia sanitaria en esa zona.
Este flujo creciente de inmigrantes cubanos ya lleva varios años, y de acuerdo con las autoridades migratorias panameñas casi 30.000 han logrado cruzar a Panamá por la frontera con Colombia desde 2011.
Alrededor de 200 ingresan diariamente a Puerto Obaldía en estos momentos y, según afirman los propios inmigrantes, varios miles más de compatriotas están en trayecto entre Ecuador y Colombia, comentó el ministro Díaz.
El gobierno ecuatoriano anunció recientemente que exigirá visa a los cubanos desde el 1 de diciembre en un esfuerzo por ayudar a frenar ese flujo, pero funcionarios migratorios panameños estiman que varios miles emprendieron ese periplo mucho antes. El destino último es Estados Unidos, en donde los cubanos reciben asilo con solo pisar tierra de ese país.
Desde la década de los años 60, luego del triunfo del movimiento guerrillero encabezado por Fidel Castro, se admite a los isleños en Estados Unidos de “forma inmediata y automática, sin importar las vías y medios que utilizan” si es que logran llegar a territorio estadounidense.
En cambio, si el Servicio de Guardacostas los intercepta en el mar, los obliga a regresarse a la isla.