El caso contra Qari Naseer, de 27 años, en la ciudad de Mansehra, es uno de los pocos arrestos por abuso sexual en Pakistán, donde pocas veces se lleva a juicio a los violadores y las víctimas suelen ser estigmatizadas.
En este caso una multitud se reunió frente al tribunal donde el miércoles comenzó el juicio a Naseer y sus amigos, para arrojarles botellas con tinta negra, piedras y tomates, exigiendo que fueran ahorcados en público por su crimen, dijo el jefe de la policía de Mansehra, Khurram Rasheed. Manchar a alguien de negro es un insulto en Pakistán.
“Me siento avergonzado de haber cometido ese acto”, dijo Naseer a The Associated Press antes de la audiencia. No fue posible contactar de inmediato a los abogados defensores para que comentaran al respecto.
La violación ocurrió el lunes en Mansehra, donde hay varias escuelas religiosas, dijo el policía Zulfiqar Jadon, quien agregó 1ue Naseer, quien había enseñado el Corán desde hace años, engañó a la víctima y a su amiga con el pretexto de llevarlas a su casa. La acusación indica que Naseer y sus amigos violaron a la mujer de 20 años mientras el auto se movía.
Naseer declaró a los investigadores que había instalado una cámara oculta en su auto para grabar los ataques, dijo Rasheed. El jefe de la policía dijo que los investigadores estaban investigando eso y también analizaban la posibilidad de que hubiera chantajeado a otras víctimas.
En Pakistán pocas veces se enjuicia a los líderes religiosos o a las personas que enseñan el Corán por casos de violación. En marzo una mujer se prendió fuego frente a una estación de la policía cuando reportó que un grupo de hombres trató de abusar de ella y las autoridades dijeron que no había suficiente evidencia para arrestarlos.