Como cuando un guionista adaptó una de sus novelas e incluyó una escena en la emblemática Heladería Coppelia de La Habana, donde el menú incluye sólo helados desde hace décadas.
“Este guionista ponía a Mario Conde que llegaba a la Heladería Coppelia con un gabán y un sombrero y se comía un sándwich y tomaba una cerveza”, dijo el viernes por la noche en una conversación con el escritor mexicano Gonzalo Celorio en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en la que revisaron la obra de Padura, galardonado en octubre con el Premio Princesa de Asturias.
El autor ha hecho mancuerna con su esposa Lucía López Coll, a quien también dedica sus novelas, para hacer sus propios guiones y evitar errores de este tipo.
“Tantas veces nos dijeron que las novelas de Mario Conde eran muy cinematográficas. Que nosotros llegamos a creerlo”, dijo el autor nacido en la capital cubana en 1955. “Y cuando empezamos a hacer el trabajo de guion nos dimos cuenta de que Conde es lo más anticinematográfico del mundo porque las cosas pasan sobre todo en la cabeza de Conde y el cine tiene que pasar en un espacio físico”.
Su esposa fue crucial para transformar sus historias en guiones al recortarlas y reformarlas sin piedad.
“Alguien me preguntaba ‘¿vamos a encontrar en estas películas lo mismo que en las novelas?’ dígole ‘no, porque sería un desastre’ y si encuentras las novelas en esta película quiere decir que no han funcionado”.
El proyecto de guion, en el que ha trabajado la pareja por dos años, comprende películas para televisión de una hora y media basadas en las novelas de la tetralogía “Las cuatro estaciones” de Padura: “Pasado perfecto”, “Máscaras”, y “Paisaje de otoño”. La cuarta novela, “Vientos de cuaresma”, fue llevada al cine en una película que cuyo estreno está previsto para finales de 2016.
La cinta, de coproducción española, cubana y alemana, es dirigida por el español Félix Viscarret con un estilo del film noir. En ella el actor Jorge Perugorría (“Fresa y chocolate”) dará vida a Conde.
“Donde estoy muy asustado, Gonzalo, es en la versión norteamericana que se va a hacer”, dijo Padura sobre la producción de Starz que será distribuida por EntertaimentOne titulada “Cuban Quartet”, con Antonio Banderas como productor ejecutivo y protagonista.
Sin embargo, Padura reconoció que tendrá cierta injerencia para cambiar algunas cosas en caso de que sea necesario.
En la charla el escritor cubano también abordó a los escritores que lo han marcado, como el español Manuel Vázquez Montalbán, quien dijo “fue una revelación” con su detective Pepe Carvalho.
“Me da la pauta del tipo de literatura que puedo escribir y empiezo a escribir una literatura de carácter social, eso es lo que intento hacer con una novela como ‘Pasado perfecto”’.
Padura dijo que presentó “Pasado perfecto” (la primera novela de su tetralogía) en el único concurso de obras policiacas que existía por aquel entonces en Cuba.
“Los jurados decidieron que mi novela era la mejor de las que se habían presentado, pero los organizadores decidieron mi novela no podía ganar el premio”.
Paco Ignacio Taibo II viajó a La Habana y el autor le dio la novela para que la leyera.
“Cuatro meses después vine a México a un festival de música del Caribe que se hacía en Cancún y cuando llego Paco me dice ‘tu novela sale la semana que viene”’.
La edición, de la Universidad de Guadalajara, tenía erratas como una nota donde lo presentaban como “Leonardo Pandura”, pero pese a esto fue un logro para el escritor.
“Mi novela policiaca ha sido una novela que ha tenido esa intención social, ese interés en escribir una crónica posible, puede haber otras, de la vida cubana en estos años”.
La tetralogía “Las cuatro estaciones” de Padura ocurre en 1989 con Conde como protagonista. Con el tiempo, Conde vende libros viejos y quiere escribir. También es el personaje de “Adiós, Hemingway”, “La cola de la serpiente”, “La neblina de la hierba” y “Herejes”, la más reciente novela de Paudra.
“Casi puedo decir que lo extrañé en ‘El hombre que amaba los perros’ decía ‘¿en dónde aparecerá? En algún momento tendrá que aparecer”’, dijo Celorio sobre Conde. “Tiene una personalidad que se va haciendo grande, que se va haciendo cada vez más sutil y más fuerte a lo largo de las novelas pero efectivamente es un personaje que sirve de alguna manera como hilo conductor para darnos una idea hagiográfica de la situación social, política y cultural de Cuba, con todo lo que una novela implica de dimensión crítica”.