México, 28 Oct (Notimex).- El Consejo Latinoamericano de Proteína Animal (Colapa) aseguró que el consumo de la carne roja y la carne procesada, como parte de una dieta balanceada y un estilo de vida saludable, tienen beneficios importantes para la nutrición humana y el desarrollo social.
En un comunicado, el organismo que promueve el consumo de proteína animal en la región y que tiene presencia en Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador y México, afirmó que ambos alimentos contiene proteínas de alta calidad, vitaminas, minerales y ácidos grasos, todos benéficos para la salud.
El Colapa consideró que las afirmaciones que relacionan la clasificación de la carne procesada, como carcinógenos, y de la carne roja, como carcinógena, están fuera de contexto.
Es importante señalar que el consumo de carne, como de toda la proteína animal, en cantidades adecuadas y sin exceso, es benéfico para la salud, manifestó.
Pues aseguró que circuló información errónea sobre el reporte de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) donde no se toma en cuenta el estudio completo.
Recordó que en el comunicado donde se hizo público el informe, el jefe del Programa de Monografías de la IARC, Kurt Straif, aseguró que para un individuo el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal por su consumo de carne procesada es bajo, pero el riesgo aumenta con la cantidad de carne consumida.
“Al mismo tiempo, la carne roja tiene un valor nutricional. Por lo tanto, estos resultados son importantes para permitir a los gobiernos y a las agencias reguladoras internacionales realizar evaluaciones de riesgo, dijo el director de la IARC, Christopher Wild, en el mismo comunicado de la OMS.
Lo anterior, añadió Wild, sirve para balancear los riesgos y beneficios de consumir carne roja y carne procesada, y poder brindar las mejores recomendaciones dietéticas posibles.
La Colapa señaló que los propios lineamientos de la IARC afirman que esta clasificación indica si un agente es capaz de causar cáncer, lo que de manera técnica se considera una posibilidad, pero no mide la probabilidad de que el cáncer ocurra como resultado de una exposición a un agente.
La luz del sol es un ejemplo de la capacidad que tiene un elemento para producir cáncer y, por tanto, es clasificada como carcinogénica, en el Grupo 1 de la clasificación, al igual que la carne procesada, apuntó.
La sobreexposición al sol puede ser dañina, mientras que una adecuada exposición solar es vital para la salud humana, por ejemplo, en la generación de vitamina D, añadió.
Expuso que en cuanto a la carne roja, el mismo informe señala que el Grupo de Trabajo llegó a la conclusión de que hay evidencia limitada de la carcinogenicidad del consumo de carne roja en seres humanos.
Incluso, para la Organización de las Naciones Unidad para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) las carnes rojas suministran proteína de alto valor biológico y son ricas en nutrientes esenciales para el bienestar de músculos y huesos, indicó Colapa.
La proteína animal contenida en la carne también es necesaria para el crecimiento, así como para la reparación de tejidos y órganos y ayudan al transporte de oxígeno y nutrientes en el torrente sanguíneo, agregó.
Además, subrayó que la carne roja también es necesaria para el correcto funcionamiento del sistema inmunológico, ya que contiene una gran variedad de nutrientes con alta biodisponibilidad como hierro, zinc y vitamina B.
El cáncer es una enfermedad compleja, por lo que las afirmaciones sobre la posibilidad de que un alimento sea la única causa o causa directa de contraer un padecimiento como el cáncer son incompletas y no ponen en contexto todo el estudio publicado por la IARC, señaló.
El Colapa reconoce el valor de los estudios y reportes que realizan organizaciones internacionales como la IARC, así como la importancia de seguir basando en la ciencia sus investigaciones para garantizar una alimentación adecuada de la población a nivel mundial, añadió.
Por ello, consideró que es necesario brindar siempre el contexto adecuado y la información científica complementaria que permita tener un panorama objetivo respecto a los resultados publicados en beneficio del mejor entendimiento de gobiernos, líderes de opinión, del consumidor final y de la salud pública en general.