NACIONES UNIDAS (AP) El jefe de Naciones Unidas anunció el jueves medidas contra abusos sexuales cometidos por cascos azules, un problema que describió como “una de mis mayores decepciones”, y anunció que repatriará a soldados de países que no investiguen las denuncias. Naciones Unidas ya ha empezado a suspender los pagos a los países cuando las acusaciones son creíbles.
Las declaraciones de Ban Ki-moon responden a la primera evaluación en profundidad sobre 15 años de misiones de paz, y concuerdan en gran parte con las propuestas de un comité de alto nivel de que se introdujeran cambios importantes. La ONU tiene más de 105.000 soldados y policías en 16 misiones en algunos de los lugares más peligrosos del mundo. Los estados miembros contribuyen con personal y reciben pagos mensuales a cambio.
Estaba previsto que el informe con la respuesta de Ban se difundiera el viernes, pero Associated Press lo encontró el jueves en un sitio web de la ONU.
Las reformas se conocieron mientras el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se prepara para acoger como anfitrión una importante reunión de Naciones Unidas este mes con la intentar atraer a países europeos y otros estados desarrollados a volver a contribuir a las misiones de paz con su financiamiento y capacidades de inteligencia, ingeniería, apoyo aéreo y atención sanitaria.
Aunque hay más cascos azules desplegados que nunca antes, “la proliferación de conflictos va por delante de nuestros esfuerzos”, escribió Ban. Desde que se autoriza una misión pueden pasar varios meses hasta el despliegue de los cascos azules. De ellos, no todos llegan con el equipo y la instrucción adecuada. No hay ningún sistema en marcha que filtre a los soldados para alertar de abusos pasados. Los datos indican que las tropas rara vez emplean la fuerza para proteger a los civiles.
Además, una serie de acusaciones de abusos sexuales por parte de tropas de paz en República Centroafricana, en ocasiones contra menores de edad y que ha encontrado una gran repercusión, ha sido otra fuente de preocupación mientras la ONU trata de reformar un sistema de misiones de paz que sólo este año costó unos 8.200 millones de dólares.
“Repatriaré a los contingentes cuando haya un patrón demostrado de abusos o de falta de respuesta a las acusaciones de mala conducta”, afirmó Ban en el documento.
Además, el jefe de Naciones Unidas anunció otros cambios en esta materia: en adelante, no se permitirá participar en misiones de paz a los países que aparezcan de forma reiterada en sus informes anuales sobre niños y conflicto armado, así como en los de violencia sexual relacionada con conflictos.
Para final de este año se establecerán “equipos de respuesta inmediata” para reunir pruebas en 72 horas tras una acusación de mala conducta sexual. Las investigaciones, que hasta ahora han durado como media un año o más, deben completarse en seis meses. Para final de año se desarrollará un plan para controlar el historial de policías y soldados de malas conductas sexuales en el pasado.
Procesar a los soldados acusados es responsabilidad sólo de los estados miembros, pero un informe investigador de Naciones Unidas divulgado este verano mostró que en ocasiones los países toman pocas medidas al respecto. “Insto a los estados miembros a celebrar juicios militares en los países anfitriones como medida de responsabilidad visible”, escribió Ban.
El jefe de Naciones Unidas reiteró sus intenciones de comenzar a identificar a los países de los cascos azules acusados de mala conducta sexual, pero después de consultar con los estados miembros sobre cómo hacerlo.
En un reflejo de la presión ejercida por los estados miembros, un portavoz de las misiones de paz dijo el jueves que la ONU no haría públicos los nombres de los países que vieran suspendidos sus pagos por acusaciones creíbles de mala conducta sexual por parte de sus tropas. Por ahora, los estados miembros han sido informados de 14 casos de decisiones de suspender estos pagos, indicó el portavoz.
La cuestión de la mala conducta sexual también debe estar sobre la mesa cuando el Consejo de Seguridad se reúna con los países que contribuyen soldados y policías, señaló Ban.
Abordando otro tema persistente, Ban indicó que cuando una misión tenga el mandato expreso de proteger a los civiles, el personal uniformado debe hacerlo, empleando la fuerza si es necesario.
En adelante, las tropas que rechacen seguir órdenes podrán ser repatriadas. “El personal uniformado debe cumplir las órdenes para impedir, disuadir y proteger a los civiles contra ataques”, escribió Ban. De lo contrario, el secretario general investigará e informará al Consejo de Seguridad y a los estados miembros.
Sin embargo, el jefe del organismo advirtió que las misiones de paz no pretenden “imponer soluciones políticas a través del uso sostenido de la fuerza”, e insistió en que el objetivo deben ser las soluciones políticas.
Por último, en un esfuerzo por acelerar la respuesta de Naciones Unidas a las crisis con víctimas mortales, los responsables de las fuerzas de paz completarán para principios del año que viene un plan para establecer un centro de respuesta rápida “completamente funcional” que pueda desplegarse en dos o tres meses desde que el Consejo de Seguridad apruebe una nueva misión. También hay planes de formar unidades de despliegue rápido.