La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estimó que la economía mexicana crecerá 3.4 por ciento este año y 3.8 por ciento en 2016, impulsada por la inversión pública, las reformas estructurales y el dinamismo de Estados Unidos.
Así lo detalla la organización en su informe titulado “Situación y perspectivas de la economía mundial 2015”, donde las tasas de crecimiento para México son superiores al estimado global de 3.1% que prevé la ONU, y mucho más alto que lo estimado durante el 2014 que fue del 2.4 por ciento.
El director adjunto de la Sede Subregional de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en México, Juan Carlos Moreno-Brid, dijo que es muy probable que México crezca por encima de 3.0 por ciento en 2015.
Hay indicios de que es factible crecer por encima de 3.0 por ciento este año, pues sumado al efecto complementario de la inversión pública sobre la privada, el sustento de crecer 3.2 o 3.4 por ciento no pensamos que esté jalado de los pelos, señaló Moreno-Brid.
Además indicó que la depreciación del dólar le ayuda al país a ser más competitivo y aumenta sus posibilidades en el mercado estadounidense. De la misma manera indicó que la caída en los precios del petróleo será todo un reto para México.
“Mientras no haya una política muy fuerte de contracción el gasto público, que no está anunciada todavía, se dijo que en dado caso que las condiciones se deterioren se podría hacer algún recorte, pero nosotros creemos que la inversión pública va a subir”, admitió el director de Cepal.
Por otra parte, el director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), Luis Foncerrada, consideró que la inversión privada en México debe tener una reingeniería y dirigirla a proyectos que generen más empleo y crecimiento.
“Habría que redefinir, habría que cancelar proyectos que no son productivos, que no están dirigidos a crecer necesariamente; tal vez el tren a Querétaro no deba tener la prioridad que se le está dando y debería cancelarse, y así otros proyectos”, señaló.
Como parte de esa reingeniería en el gasto público, también señaló que se deben revisar renglones del gasto corriente que no sean considerados necesarios y redirigirlos a infraestructura que genere empleo, complementado con la inversión privada.