NACIONES UNIDAS (AP) Cuando Antonio Guterres se convirtió en el máximo funcionario de Naciones Unidas para refugiados hace casi una década, en el mundo había 38 millones de personas desplazadas por conflictos y persecuciones y la cifra estaba en declive. Hoy en día, hay más de 60 millones, y subiendo.
Mientras se prepara para ceder su cargo a finales de año, Guterres ofreció un discurso de amplio espectro al comité ejecutivo de la agencia de la ONU para los refugiados el lunes en Ginebra destacando la importancia de la defensa de la convención de 1951 de protección al refugiado, especialmente ante la crisis migratoria que afecta a Europa, y que lo esencial es construir una relación positiva entre los mundos occidental y musulmán.
Las “mega crisis interrelacionadas” en Irak y Siria han desarraigado a 15 millones de personas, dijo. Y en los últimos 12 meses, 500.000 personas han abandonado sus viviendas en Sudán del Sur, 190.000 en Burundi, 1,1 millones en Yemen y 300.000 en Libia. Decenas de miles huyen de la violencia de las pandillas en América Central. Y en República Centroafricana, Nigeria, Ucrania y Congo ha habido poco o ningún avance, agregó.
El mundo enfrenta 15 conflictos que aparecieron o se reavivaron en los últimos cinco años. Y más de dos tercios del total de refugiados son musulmanes, dijo Guterres, destacando que el mundo debe combatir “el escaso retroceso de la xenofobia”.
Los acontecimientos de los últimos meses en Europa “han ilustrado la batalla de la compasión frente al miedo, de la tolerancia frente a la xenofobia”.
“Hay una gran urgencia para combatir tanto la islamofobia como para reducir el atractivo de las ideologías extremistas para las generaciones más jóvenes”, resaltó Guterres en su discurso, que se pudo seguir también desde la sede de la ONU en Nueva York.
Su oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados está desbordada intentando proporcionar seguridad, protección y ayuda para los cientos de miles de personas que huyen de las guerras y las persecuciones, explicó.
Los donantes proporcionaron la cifra record de 3.300 millones de dólares el año pasado para ACNUR pero esto fue “tremendamente insuficiente para cubrir siquiera lo mínimo” del presupuesto humanitario, dijo. Este año, los 33 llamados realizados por la ONU para recaudar fondos para ayudar a 82 millones de personas se cubrieron solo al 42% y ACNUR espera recibir solo el 47% del dinero que necesita para finales de año.
De forma urgente, la agencia necesita 215 millones de dólares para cubrir los gastos ya autorizados en África, incluyendo 14 nuevos campos de refugiados y la ampliación de otros siete, apuntó.
“Hoy nos enfrentamos a un dilema existencial para nuestra capacidad de ayudar a África, y apelo a nuestros donantes para que nos ayuden a reducir este déficit antes de final de año”, dijo.
Solo un número relativamente pequeño de refugiados pueden regresar a casa 126.000 el año pasado, solo el 11% del número de repatriados en 2005, dijo Guterres. Y el número de desplazados en todo el mundo cada día como resultado de un conflicto se ha cuatriplicado desde casi 11.000 en 2010 a 42.500 personas el año pasado.
El alto funcionario dijo que el aumento de refugiados sirios que están llegando a Europa este año se debe principalmente a tres factores.
La mayoría de sirios han perdido la esperanza de una solución política que ponga fin a la guerra y, tras años en el exilio, han agotado sus recursos y su nivel de vida se ha deteriorado, dijo. Pero “el desencadenante” es la falta de fondos de ACNUR y sus problemas para proporcionar efectivo y alojamiento para el creciente número de familias vulnerables antes de la llegada del invierno, agregó.
“Como resultado, cada vez más personas se han embarcado en un viaje desesperado a Europa, a pesar de los enormes riesgos y costes que conlleva”, afirmó Guterres. “Para ser sincero, en estas circunstancias, yo probablemente haría lo mismo con mi familia”.
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El periodista de Associated Press Jamey Keaten contribuyó a este despacho desde Ginebra.