En un comunicado distribuido por su oficina, Ban extendió su llamado a todas las partes en conflicto en Siria para que detengan la violencia, que sólo traerá más sufrimiento a ese país, así como inestabilidad adicional a la región.
Criticó la creencia de que el conflicto en Siria puede ser resuelto por la vía militar, y llamó a las partes en conflicto en ese país a que permitan el acceso irrestricto de la ayuda humanitaria y de los empleados que la proveen.
Ban Ki-moon también lamentó la muerte del sacerdote jesuita Frans van der Lugt, de origen holandés, quien fue asesinado el lunes en la ciudad sitiada de Homs, y quien había sido reconocido por brindar refugio a civiles de todas los credos y filiaciones políticas. El secretario general condena este inhumano acto de violencia contra un hombre que heroicamente respaldó al pueblo de Siria, entre bloqueos y creciente dificultades, de acuerdo con el comunicado.
El titular de la ONU expresó además su horror ante informaciones relativas a presuntas ejecuciones en la localidad siria de Kasab, y manifestó su preocupación por el hecho de que grupos considerados terroristas por el Consejo de Seguridad continúen cometiendo actos brutales contra la población.
De acuerdo con informes de prensa, el gobierno de Irán, así como grupos como Hezbollah, con base en Líbano, han respaldado militarmente al gobierno del presidente Bashar al-Assad. Mientras tanto, Siria ha denunciado que los gobiernos de Araba Saudita y Qatar apoyan militarmente a grupos armados de la oposición, e incluso a grupos terroristas, en tanto que Turquía e Israel les han brindado respaldo logístico.