11 países del continente, incluyendo a República Dominicana, han pedido abolir la pena muerte.
Max Dinger, consultor jurídico de la cancillería mexicana, dijo en representación de su gobierno y los de Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Honduras, Panamá, Paraguay, Dominicana y Uruguay que la imposición de moratorias temporales que conlleven a una abolición permanente también sería una solución apropiada.
Los 10 estados, que junto con Francia como país observador ante la OEA solicitaron la audiencia celebrada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, han ratificado el Protocolo de la Convención Americana sobre los Derechos Humanos relativo a la Abolición de la Pena de Muerte, suscrito en Paraguay en 1990.
Ecuador y Nicaragua también ratificaron el protocolo y hay otras naciones del continente que no lo han ratificado pero han abolido la pena de muerte en su legislación interna.
Barbados, Cuba, Guatemala, Guyana, Granada, Jamaica, Las Bahamas y Trinidad y Tobago aún contemplan la pena de muerte, pero la subdirectora de Amnistía Internacional en Estados Unidos Margaret Huang destacó a Estados Unidos como el país del continente que más ejecuciones practica, alcanzando las 39 el año pasado.
“Las sentencias a muerte en Estados Unidos siguen marcadas por errores, disparidades raciales e irrespeto a leyes internacionales”, dijo Huang, quien especificó que 82% de las ejecuciones ocurrió en el sur de Estados Unidos.
Dinger dijo a reporteros tras la audiencia que cerca de 60 ciudadanos mexicanos están condenados a muerte en Estados Unidos, pero que su cancillería decidió en esta audiencia referirse al tema de manera general y no a casos específicos.
El representante alterno de Argentina ante la OEA, Julio Ayala, describió en detalle el caso de Víctor Saldaño, condenado a muerte y sometido a aislamiento total en una cárcel de Texas hace 18 años.
Ayala describió el deterioro físico y mental que progresivamente ha sufrido el único argentino condenado a muerte en el mundo, quien ha intentado varias veces el suicidio y padece esquizofrenia.
“Así como la tolerancia a la esclavitud y la tortura han sido erradicadas, estamos seguros que seremos testigos de la abolición de la pena capital, que es el siguiente gran paso en el derrotero de los derechos humanos”.
Jean – Claude Nolla, embajador de Francia ante la OEA, dijo que el debate sobre abolir la pena de muerte en su país tardó dos siglos y señaló que es una tendencia creciente en todos los continentes.
“Esta prohibición es esencial. No creemos en una justicia que mata, la de verdugo o la de suplicios”, indicó.
La Comisión inició el lunes su periodo 150 de audiencias, que se desarrollará durante toda la semana en la capital estadounidense.