La Corte de Apelaciones Criminales de Oklahoma emitió la suspensión después de que la Oficina del Procurador General le notificara que no se opondría a ello.
La ejecución de Warner fue programada ahora para el 13 de noviembre y la Oficina del Procurador General advirtió que podría posponerse aún más allá de esa fecha, en caso de que la investigación sobre lo ocurrido la semana pasada no se haya completado para entonces.
Warner, quien fue sentenciado a la pena de muerte por la violación y asesinato de una niña de 11 meses de edad, debía ser ejecutado el 29 de abril pasado.
La ejecución de Warner se debería de haber efectuado dos horas después de que concluyera la aplicación de la inyección letal a Clayton D. Lockout, otro homicida convicto.
Las ejecuciones programadas de Warner y Lockout habían sido objeto de apelaciones de última hora, luego que los abogados de ambos presos exigieron suspenderlas hasta que el Estado revelara el origen de las sustancias que usaría en la inyección letal.
Al realizarse la ejecución de Lockout, los fármacos no tuvieron el efecto deseado.
El reo empezó a resistirse y gemir en aparente agonía, por lo que los funcionarios carcelarios cancelaron la ejecución e impidieron que los testigos continuaran presenciado los hechos. Lockout murió de insuficiencia cardíaca 43 minutos después de iniciado el procedimiento.
La gobernadora de Oklahoma, Mary Fallin, retrasó de inmediato la ejecución de Warner por dos semanas y ahora se pospone nuevamente hasta el 13 de noviembre próximo.
Fallin designó al comisionado de seguridad pública, Michael C. Thompson, para dirigir la investigación sobre lo que salió mal y determinar qué cambios se requieren en los procedimientos para aplicar la inyección letal.
Los abogados de Warner y Lockout han solicitado una investigación independiente, que no sea dirigida por un funcionario estatal.