Oaxaca, 31 Oct (Notimex).- La celebración de Día de Muertos en comunidades de Oaxaca, así como en casi todo el país, es una mezcla de tradiciones indígenas y rituales del cristianismo, donde colores, olores, sabores y música se conjugan para festejar a los difuntos.
A lo largo y ancho de la entidad, olores, colores y sabores se funden con música, espiritualidad y nostalgia para celebrar la llegada de los muertos, mientras locales y foráneos recorren las calles y panteones de los diferentes municipios.
Según datos del Instituto para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (Inafed), la fiesta de Todos los Santos en San Pablo Villa de Mitla, municipio localizado en la región de los Valles Centrales, es una de las más destacadas de la entidad debido a la importancia y el interés que tienen por los difuntos.
Los pobladores de Mitla, palabra proveniente de “Mictlan” de origen náhuatl y que significa “lugar de descanso”, acostumbran acudir al panteón para realizar ofrendas a los difuntos y “convivir” con ellos. Las comparsas de disfraces recorriendo las calles del pueblo representan otra actividad popular entre los habitantes.
Este año, a través de un comunicado del estado, se informó que la localidad celebrará el Día de Muertos con una muestra fotográfica, una exposición de tapetes de arena y una ofrenda tradicional.
Dichas actividades se realizarán en el Museo Frisell y el Centro Cultural Pitao Bezelao de la comunidad del 30 de octubre al 2 de noviembre.
En el municipio Santa Cruz Xoxocotlán las celebraciones de estas fechas procuran el acercamiento a los muertos mediante ofrendas en los altares, comitivas, tapetes de arena de levantada de cruz y la Velada del Panteón, particularidad de esta localidad.
En los dos camposantos de Xoxo (nombre breve que se da al poblado), los residentes pasan toda la noche recordando anécdotas, cenando con los asistentes y reconfortando el espíritu en un ciclo que se renueva cada año.
En un comunicado, el gobierno de Oaxaca invitó este año al público a la festividad de los fieles difuntos que se llevará a cabo del 30 de octubre al 2 de noviembre en esa localidad.
Ubicado al sur del estado, el municipio Miahuatlán de Porfirio Díaz celebra el 30 de octubre la Noche de Flores como antesala al 1 y 2 de noviembre.
Durante estos días los habitantes del pueblo celebran a sus muertos con las tradicionales ofrendas que consisten en pan de yema, chocolate, mezcal, platos con mole, tamales, vasos con agua, veladoras o ceras y dulces propios de estos días.
Ello para que a la llegada de las animas, que es a las cero horas, encuentren en el altar qué comer y beber, además a esa hora se prenden las velas o veladoras y se rezan algunas oraciones propias de difuntos.
El 1 de noviembre ese municipio tendrá la comparsa “Chongomonstruos” 2015, una tradición que comenzó hace varias generaciones por iniciativa de algunas familias y que actualmente ha crecido, destacó en un comunicado Efrén Sandoval, organizador de la misma.
En la comunidad Santa María Chilchotla, ubicada en la Sierra Mazateca, las celebraciones a los fieles difuntos tienen un elemento especial. Se trata de los “hombres de negro”, mejor conocidos como huehuentones.
Ataviados con prendas de manta, máscaras talladas de madera y sombreros de mimbre, los huehuentones llevan a cabo rituales, danzas, música y poesía para venerar la llegada de las almas de aquellas personas que han partido de este mundo.
Los días 1 y 2 noviembre dirigirán la denominada “Velada”, una práctica donde se encienden veladoras por las diferentes tumbas del panteón municipal, la cual busca fomentar la empatía con los visitantes, la convivencia, la unidad comunitaria y la reflexión.
Finalmente los huehuentones despedirán las fiestas el día 5 de noviembre con el llamado “Retorno de las almas”, día de nostalgia en el cual se “encamina” a los espíritus rumbo al mundo de los muertos con poemas, cánticos y rituales.
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