Stringer, cuya oficina tiene la prerrogativa de resolver cualquier clase de reclamo en contra del gobierno de la ciudad, anunció su decisión tras llegar a un acuerdo con Ranta, lo que evitó que las partes involucradas fueran a juicio.
El acuerdo cierra la puerta a un episodio verdaderamente lamentable en la historia de nuestra ciudad. Estoy complacido de que mi oficina hubiera podido actuar rápidamente para resolver este reclamo, afirmó Stringer en un comunicado.
Ranta, ahora de 58 años de edad, fue sentenciado en 1990 por el asesinato del rabino Chaskel Werzberger en el condado de Brooklyn, en un caso que fue investigado por el detective Louis Scarcella, acusado en repetidas ocasiones de inventar confesiones y testimonios.
De acuerdo con The New York Times, docenas de personas se han quejado sobre los métodos de Scarcella, y una investigación de este diario estableció que en muchos casos este detective recicló testigos y, con certeza, inventó testimonios, que comenzaban siempre con la misma frase.