La Agencia de Protección Ambiental (EPA) señaló que el nuevo “Plan de Energía Limpia” reducirá la contaminación de carbono de las centrales eléctricas existentes, la fuente contaminante por carbono más grande en Estados Unidos. “El cambio climático, generado por la contaminación de carbono, sobrecarga los riesgos a nuestra salud, a nuestra economía y a nuestra manera de vida”, declaró la administradora de la EPA Gina McCarthy.
El Plan busca asimismo reducir el costo de electricidad en 8.0 por ciento, recortar la contaminación de partículas, óxidos de nitrógeno y dióxido de azufre por más del 25 por ciento.
Estados Unidos cuenta con alrededor de mil plantas de electricidad basadas en el uso del carbono, las cuales en su conjunto producen la tercera parte de las emisiones nacionales de los gases que producen el efecto de invernadero.
De acuerdo con la Casa Blanca, la meta es evitar más de seis mil 600 muertes prematuras, hasta 150 mil ataques de asma en niños y hasta 490 mil días laborales o escolares perdidos, además de representar 93 mil millones en beneficios para el clima y la salud pública.
El exvicepresidente Al Gore, un conocido defensor del medio ambiente y ganador del Premio Nobel en 2007 por su lucha en contra el cambio climático, aplaudió a la administración de Barack Obama. “Se trata del paso más importante para combatir la crisis de cambio climático en la historia del país”, señaló.
En contraste, la Coalición Americana para la Electricidad de Carbón Limpio, calificó el plan como “oneroso” y “devastador”. “Si estas reglas entran en vigor, la administración estará creando la próxima crisis energética de Estados Unidos”, indicó.
El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, bautizó el plan presidencial como “el Nuevo Impuesto Nacional Energético”. “El plan del presidente es lunático, no hay otra manera de describirlo. Los estadunidenses aún se preguntan ¿dónde están los empleos? Y él propone exportar los empleos al exterior durante años”, señaló el líder republicano.
Por su lado, el senador de Kentucky, Mitch McConnell, líder de minoría demócrata del Senado, sostuvo que el plan presidencial costará empleos, elevará las facturas eléctricas y será “una daga en el corazón de la clase media”.
Bajo el plan de la administración Obama, la EPA completará su propuesta a mediados de 2015 y dará a los 50 estados del país un plazo de un año para desarrollar e implementar sus planes de cumplimiento ambiental. En caso que los estados se rehúsen o sean incapaces de poner en marcha sus planes, la EPA tendrá la facultad de establecer un plan federal obligatorio para las entidades.
Se espera por ello que la propuesta sea impugnada en los tribunales por aquellos estados que consideren al plan como lesivo a las economías estatales. Algunos, como Oklahoma, han advertido que tomarán acción legal contra el gobierno federal.