Barack Obama comunicó su postura a un grupo de líderes religiosos durante el encuentro a puerta cerrada que sostuvo con ellos en la Casa Blanca de discutir la situación que existen en torno a los esfuerzos para que el Congreso apruebe este año una reforma migratoria.
El presidente fue claro que en este ambiente no es algo sabio hacer un cambio (administrativo en la ley) cuando necesitamos que el Congreso haga los cambios a la ley dijo Luis Cortes, Presidente de la agrupación religiosa Esperanza con sede en Filadelfia, Pensilvania.
Ante reporteros, al término del encuentro, Cortes dijo que la postura expresada por Obama fue en el sentido de que si él hace ese cambio, va a ser daño al proceso y con hacer daño al proceso, la ventana que tenemos -piensa que son entre tres y cuatro meses-, se va a cerrar.
El nos dijo que entiende el dolor de esas familias (cuyos familiares han sido deportados), y que mucha gente está sufriendo y por eso cree que muchas van a sufrir, más si hace cambio en la ley, dijo en alusión a la posibilidad de que Obama pudiera decretar la suspensión de las deportaciones utilizando su poder ejecutivo.
La presión para que Obama detenga las deportaciones ha ido en aumento a partir de la cifra récord que se ha alcanzado bajo su presidencia, superando por mucho las realizadas durante las dos pasadas administraciones de gobierno.
Noel Castellanos, presidente ejecutivo de la Asociación para el Desarrollo Cristiano Comunitario de Chicago dijo durante el encuentro que Barack Obama fue insistente en su deseo de esperar hasta agosto próximo antes de determinar el curso a seguir. Fue muy insistente de que su deseo es no tomar ningún tipo de acción, que lo que quiere es ver al Congreso hacerlo, dijo.
Aunque el Senado votó en junio pasado una propuesta para una amplia reforma migratoria, los republicanos en la cámara baja rechazaron tomar la iniciativa como punto de partida para el debate en la cámara baja, favoreciendo una discusión por partes y no de manera integral como lo hicieron los senadores.
Empero hasta el momento ese debate se mantiene en un limbo y el líder republicano John Boehner caracterizó como remota la posibilidad de que su bancada, que controla esa cámara, pueda programar un voto en los próximos meses. Castellanos dijo que otro tema discutido con Obama se refirió al proceso de evaluación sobre la política de deportaciones que ordenó semanas atrás a Jeh Johnson, el Secretario de Seguridad Interna (DHS).
Refirió que uno de los aspectos discutidos en este sentido tiene que ver con la posibilidad de que aquellos inmigrantes que sean detenidos no sean trasladados a otros estados, a fin de permitir que por lo menos puedan tener contacto con sus familias.
Castellanos dijo que la próxima semana atenderá un encuentro con Johnson para discutir el tema de la evaluación con mayor amplitud y dio a conocer que una semana después el y varios lideres religiosos planean reunirse con congresistas republicanos.
Por separado, el vocero presidencial Jay Carney dijo que pese a la falta de acción en la cámara baja, Obama cree que aún existe oportunidad de que la reforma sea aprobada, aunque no ofreció detalles sobre los elementos que alientan la expectativa. El presidente está enfocado en hacer lo correcto por nuestro país, hacer lo correcto en este difícil tema y permitir que todos, pero más importante para el país y la economía, se beneficien por tomar está acción, dijo.