Monterrey, 4 Oct (Notimex).- Ser una de las capitales industriales del país no ha impedido a Nuevo León ser reconocido por sus dulces de leche quemada con nuez y postres con piñones y cacahuates, elaborados algunos, aún de manera artesanal, como las famosas Glorias.
Sus manjares incluyen la carne asada o seca y una larga lista de dulces que se pueden encontrar en sitios específicos para su venta.
Las famosas Glorias del municipio Linares, los dulces de piloncillo con nuez y el pan de Bustamante son sólo algunos de los postres típicos solicitados tanto por los regiomontanos, como los turistas nacionales y extranjeros, quienes los degustan luego de un platillo como el cabrito.
Al respecto, el propietario del Museo del Dulce, Arturo Santoscoy Chávez, señaló que Nuevo León conserva una tradición dulcera artesanal que es orgullo de su identidad.
Resaltó que la mezcla de leche y azúcar es lo que dio origen a los diversos dulces artesanales típicos de la región.
Es así, comentó, que comenzaron a elaborarse sabrosos postres con leche de cabra o de vaca que se combinaban con nueces, piñones, cacahuates, almendras y pepitas, huevos, harina de trigo o maíz, mieles de piloncillo, de abeja, de azúcar o aguamiel, además de coco, canela, frutas frescas o secas.
Precisó que cuando a nivel nacional se habla de Monterrey o de Nuevo León, la gente siempre lo relaciona con las deliciosas Glorias de Linares.
Explicó que este reconocido dulce fue creado por Natalia Medina Núñez hace unos 70 años, aunque la marquetería que fundó para la venta de sus productos inicio operaciones a principios de los años 50 y sigue vigente gracias a la calidad del producto y al gusto de la gente por sus dulces.
Sobre su proceso de elaboración, mencionó que en grandes casos de cobre, se ponen a hervir durante cuatro horas unos 70 litros de leche bronca de vaca y cabra, hasta reducirse, para posteriormente agregar el azúcar y algunas especies dulces como vainilla o canela.
Está mezcla tiene que moverse en forma constante, hasta formar una consistencia suave al tacto después de enfriarse una cucharada de esta mezcla en agua, misma que al tocarla con los dedos se estire como un chicle, detalló.
Indicó que las famosas Glorias, se llaman así porque doña Natalia, su creadora, vive en este municipio ubicado a 135 kilómetros al sur de la ciudad de Monterrey y como los compradores de este delicioso dulce le decían que sabían a gloria y cuando llegó el momento de registrar su producto, decidió ponerles ese nombre.
Santoscoy Chávez dijo que en el estado se concentraron los alimentos nativos y las costumbres culinarias de los sefarditas que trajeron consigo la gastronomía del medio Oriente, y a esta se sumó la cocina de los frailes franciscanos españoles y los francés en el siglo XIX.
Explicó que fueron precisamente los franceses quienes dieron origen al llamado pan de pobre que se llama así porque cuando llegaron familias francesas a instalarse en Nuevo león, traían sus propios cocineros que preparaban deliciosos y caros pasteles.
Dijo que como a las familias locales no les alcanzaba para comprar esos panes de alta cocina, los trabajadores de esas haciendas se llevaban pedazos de esos postres y empezaron a elaborar panes con sabores parecidos y los vendían a precios más accesibles para la gente.
Refirió que este tipo de detalles sobre los dulces y panadería regional, están al acceso del público en el Museo del Dulce, ubicado a un costado del Paseo Santa Lucía en el centro de la ciudad.
La prioridad de este espacio que se inauguró en abril de este año, es que la gente conozca el arte culinario que existe en Nuevo León, información de cómo se elaboran los dulces regionales, la carne seca, los cortes finos y porque se le llama cabrito al pastor a este platillo típico, mencionó.
Asimismo, agregó, en el inmueble se muestran los utensilios utilizados en la elaboración de estos platillos y postres regionales, además de que se pueden apreciar representaciones de tiendas de abarrotes y cocinas de épocas pasada y, de manera virtual, cómo se horneaba el pan.