De acuerdo con cifras oficiales, el estado recibió 230 mil visitantes del extranjero y de otras partes de Estados Unidos durante el fin de semana en que se celebró la final del futbol americano.
Aunque el Super Bowl fue celebrado en el estadio MetLife, en la comunidad de East Rutherford, Nueva Jersey, la ciudad de Nueva York, a sólo 11 kilómetros de este centro deportivo, fue la que más se benefició del flujo de turistas.
Autoridades locales, estatales y federales se dieron a la tarea de apostarse en lugares públicos y transitados de la ciudad con el fin de prevenir un posible ataque terrorista y con armas biológicas. El gran despliegue de patrullas y elementos de seguridad hicieron sentir que la ciudad, que sigue siendo el principal blanco potencial de ataques terroristas en el mundo, transcurría por un periodo inusual.
Asimismo, fue desmontado a partir del domingo el llamado Boulevard del Super Bowl, en que un tobogán, el despliegue del trofeo Vince Lombardi del fútbol americano y un escenario para conciertos, ocuparon por unos días algunas calles en la plaza de Times Square.
A partir de este lunes, los neoyorquinos podrán retomar sus preocupaciones usuales, como la tormenta de nieve que está cayendo en la ciudad y la alteración en el transporte público que puede acarrear como consecuencia.