En la noche del sábado 2 de abril de 2005, el arzobispo Leonardo Sandri, anunció en la plaza de San Pedro el fallecimiento del Papa Juan Pablo II. Queridísimos hermanos y hermanas, a las 21:37 nuestro amado santo padre Juan Pablo II volvió a la casa del padre. Recemos por él, indicó esa noche.
Actualmente el clérigo de origen argentino es cardenal y ocupa el puesto de prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales del Vaticano. La emoción fue grande, y ahora, a la luz de la próxima canonización, haber anunciado justo este paso de la tierra a la casa del padre de un santo, es para mi una doble emoción, evocó Sandri en declaraciones a la Radio Vaticana.
Recordó a Karol Wojtyla como un evangelizador, un hombre de paz, de gran vida interior como base de toda su actividad, así como una persona que vivió con gran austeridad y pobreza su ministerio. Una cosa que yo pude admirar también en el último día de su vida, cuando estaba ahí, en el lecho de muerte, era el despojo total de la persona, también desde el punto de vista material: no tenía ningún lujo que lo circundase, apuntó.
Por otra parte, esta semana la Librería Editorial Vaticana (LEV) presentó el volumen La obra poética completa de Karol Wojtyla (Juan Pablo II), compilado por Santino Spartá, sacerdote, periodista, escritor y consultor cinematográfico.
Entre sus varios pasatiempos, el pontífice polaco tenía el de escribir poesía de una estructura lírica con un rico sustrato filosófico, teológico y místico, según precisó el compilador. Wojtyla usa libremente la métrica, ritmando el verso con homogeneidad técnica. Realiza lingüísticamente un trato meditativo, profundizando actuales problemas existenciales. Usa, con un cierto equilibrio, las figuras del pensamiento y del estilo sin descuidar el cuidado expositivo y la amplitud de los temas poéticos, agregó.