Dos coches bomba estallaron en un concurrido mercado de la ciudad de Maiduguri, en el noreste de Nigeria, que destruyeron edificios y mataron a muchos vecinos la misma noche que un ataque en un pueblo agrícola acabó con todas las chozas.
Por lo menos 90 personas fallecieron, reportaron el domingo autoridades y sobrevivientes, en momentos que extremistas islámicos nigerianos intensifican sus ataques y aumentan las críticas al gobierno y los militares por no poder controlar el levantamiento islámico que comenzó hace cuatro años en el noreste del país.
En Maiduguri, la capital del estado de Borno y donde surgió el grupo terrorista Boko Haram, los atacantes eligieron un área densamente poblada con callejuelas serpenteantes, lo que maximizó las consecuencias de las explosiones.
Entre los fallecidos hay niños que bailaban en una boda y personas que observaban un partido de fútbol en un cine relataron sobrevivientes a The Associated Press.
Un total de 51 cadáveres fueron recuperados hasta el domingo por la mañana pero se cree que hay muchas personas sepultadas bajo escombros, dijo un funcionario de la Cruz Roja, que pidió no ser identificado porque no estaba autorizado a hacer declaraciones a la prensa. Algunas de las víctimas quedaron carbonizadas por los incendios que provocaron las explosiones.
En una aldea a 60 kilómetros (40 millas) de distancia, presuntos extremistas también lanzaron un ataque el sábado por la noche, con un saldo de 39 muertos, dijo el taxista Mansur Buba.
El hombre dijo que había regresado el domingo y se encontró con que estaban enterrando a las víctimas en la aldea Mainok, que ha sido atacada varias veces en los últimos meses. Un agente de la Seguridad del Estado dijo que no había quedado de pie cabaña alguna. El agente habló a condición de no ser identificado por no estar autorizado a tratar el tema con periodistas.
En Maiduguri, desde donde el Ejército y la Fuerza Aérea lanzan una ofensiva contra Boko Haram, estalló la primera bomba en una camioneta cargada de leña, dijo Hassan Ali, líder del grupo de milicianos contra el terrorismo.
Muchas más personas murieron en la segunda explosión, que se produjo calculando el tiempo para sorprender a los socorristas, dijeron los sobrevivientes.
Varios sobrevivientes dijeron en el lugar el domingo que capturaron a un sospechoso que conducía el segundo automóvil, quien saltó del vehículo y se subió a una mototaxi y trató de escapar. El hombre fue golpeado salvajemente y tuvieron que llevarlo al cercano Hospital General Umaru Shehu, donde un guardia de seguridad informó que había fallecido.
Los cuerpos de algunas víctimas quedaron despedazados, dijo el comerciante Mallam Sumaila. Un periodista de la AP vio un cadáver carbonizado en el Hospital Umaru Shehu, donde los familiares recogían los restos de las víctimas para enterrarlas de inmediato, según la tradición musulmana.
Funcionarios militares y policiales no respondieron de inmediato a solicitudes de comentario y Boko Haram no se ha atribuido la responsabilidad de los hechos.
Los atentados son un importante revés a la nueva ofensiva bajo un nuevo jefe militar contra una rebelión islámica desde que el presidente Goodluck Jonathan destituyó al jefe anterior.