Nicolás Maduro cumplió el domingo dos años como presidente de Venezuela en medio de las tensiones entre sectores oficialistas y una andanada de críticas desde la oposición, que le atribuye incapacidad para frenar la inseguridad y la profunda crisis económica del país.
En medio de este panorama, el primer mandatario se prepara para impulsar la renovación del liderazgo oficialista en el legislativo en las elecciones de diciembre próximo, a las cuales la oposición llega convencida de poder remontar.
Tras la muerte de su antecesor Hugo Chávez, Maduro asumió la jefatura del estado el 19 de abril de 2013 al vencer por un estrecho margen al enconado opositor Henrique Capriles, quien impugnó la victoria oficialista por presuntos hechos de corrupción.
Dos años después, la caída de la economía continúa, jalonada en parte por la caída de los precios del petróleo, sector del cual depende el grueso de la producción nacional.
La inflación pasó del 20,1% a 68,5%, y ya el Fondo Monetario Internacional prevé que el índice se fije en 96,8% al cierre de 2015.
La pobreza, cuyo combate fue siempre una bandera del chavismo, llegó al 32,1%, según la Cepal. La escasez de productos básicos se traduce diariamente en largas filas de personas a las afueras de los supermercados buscando alimentos como leche y harina además de bienes de aseo.
Maduro no para de advertir que se trata de “una guerra económica” encabezada por sectores opositores y empresas privadas, y respaldada por Estados Unidos.