Los votantes de Fremont decidirán si derogarán una ordenanza promulgada en 2010 que requiere que todos los inquilinos juren que tienen permiso legal para vivir en el país. Los críticos de esta ordenanza alegan que la regla es menos efectiva y más costosa de lo que se esperaba y que ha dañado la imagen de la ciudad. Los promotores de derogar esta norma creen que aplicar la ordenanza limita el crecimiento y la viabilidad de Fremont.
Los partidarios de la ordenanza dicen que Fremont debe tomar una posición contra la inmigración ilegal. Esta ciudad conservadora de 26.000 residentes, un centro agrícola cerca de Omaha, es una de las pocas localidades que han tomado medidas por su cuenta durante la última década para frenar la inmigración ilegal. La mayor parte de esos esfuerzos significaron sumirse en costosas batallas legales.
Aunque Fremont adoptó la ordenanza en 2010, debió congelarla mientras los tribunales la examinaban. El tribunal federal de apelaciones del 8 circuito confirmó la mayor parte de la ordenanza en 2013 y la ciudad se preparaba para hacer cumplir las restricciones de alquiler de vivienda por primera vez durante el último trimestre del año pasado, pero los funcionarios electos decidieron programar una nueva votación.
Los críticos dicen que las restricciones de vivienda serán ineficaces y podrían costarle millones de dólares al gobierno de Fremont en honorarios legales y subsidios federales perdidos.
Los partidarios de la ordenanza insisten en que debe cumplirse la ley y tomar una posición en el debate nacional contra la inmigración ilegal, ahora que los tribunales avalaron las reglas. “No creo que debamos volver a votar sobre algo que los votantes ya votaron en 2010”, dijo Brad Yerger, de 66 años y quien ha residido en Fremont toda su vida. Yerger duda que aplicar la ordenanza cueste tanto como calculan las autoridades.
Quienes se oponen a las restricciones de alquiler de vivienda dicen que sólo han perjudicado la reputación de la ciudad, sin lograr mucho. “La mayoría de las personas están de acuerdo en que tenemos que cambiar nuestro sistema de inmigración federal, pero esta ordenanza no se ocupa de eso”, dijo Virginia Meyer mientras tomaba un descanso en su tarea de distribuir unos 500 letreros para patios en los que anima a los votantes a pronunciarse en contra de la norma.
Los defensores de la medida insisten en que ésta no tiene en la mira a los hispanos, pero el asunto puede derivar en una conversación incómoda si se toma en cuenta en que Fremont ha visto aumentar considerablemente su población de inmigrantes. El número de hispanos aumentó de 165 en 1990 a 1.085 en el 2000. Y posteriormente a 3.149 en el 2010, mayormente en los empleos para las cercanas plantas procesadoras Hormel y Fremont Beefs. La ley fue aprobada con el 57% del voto. Las claves del resultado del referendo del martes son cuántas personas saldrán a votar y cuántas han cambiado de opinión desde 2010.
Un par de ciudades, como Valley Park, Missouri, han modificado o abandonado sus ordenanzas al enfrentarse a demandas en los tribunales y oposición, tal como Fremont ha considerado. No se tiene en claro cuántas personas viven ilegalmente en Fremont.