Madrid, 1 Dic (Notimex).- El Museo Reina Sofía presentó hoy la primera retrospectiva dedicada al artista Juan Giralt (Madrid, 1940-2007) en un museo nacional, con más de 90 obras que repasan sus 40 años de carrera.
La muestra, que podrá verse hasta el 29 de febrero del próximo año, arranca en un gran espacio diáfano que sirve como distribuidor del resto de salas. Lo primero que el visitante podrá ver es una vitrina con unos dibujos de Giralt de 1975 prestados por la Colección de Gloria Kirby.
El trabajo de Giralt en las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado lo convirtió en uno de los principales referentes de la Nueva Figuración Madrileña.
Son dibujos realizados con diferentes técnicas: tinta china, acuarela o aerosol sobre papel, y que sirven como referentes de lo que será su obra a lo largo de su carrera.
En este gran espacio, el espectador puede ver fundamentalmente trabajos de los años 70, como es el caso de El sillón (1972), Retrato de Zush (1973) o La Pinocha (1973); algunas obras de los 80 y 12 tablas de pequeño formato nunca exhibidas anteriormente y realizadas en el año 1994.
La segunda sala recoge el trabajo de los años 90, con ocho cuadros, entre ellos dos préstamos principales: Naturaleza fría (1990-91) de la Colección del BBVA, e Ica-Nazca, (1993) perteneciente a la Colección del Banco de España.
Este espacio muestra cómo Giralt retoma su pintura tras la crisis espiritual y personal sufrida en los años 80 y que supuso que su nombre desapareciera en cierta manera de la escena artística.
El recorrido continúa hasta llegar a la parte central de la exposición donde una sala acoge nueve obras de gran formato: Miss Sympathy (1997), Costa (1998, fondos del Museo Reina Sofía), Abalorio (1998-2000), Cretona (1999), Retrato (2000) o Cuadro de ciervos (2001-2002).
En varias de estas composiciones se descubren claves artísticas del trabajo de Giralt, como el uso de telas estampadas sobre las que pintaba sus creaciones, el gusto por fotos e imágenes antiguas para crear sus collages o la utilización de estampas que encontraba en pequeños mercadillos y ferias.
En el último espacio de esta muestra, 10 lienzos, en este caso de pequeño formato, contrastan por su tamaño con lo visto anteriormente.
Realizados a finales de los años 90 y a principios de la siguiente década: Castilla (1995), Decó (2002), Túmulo (2004-2005) o Lucy (2005-2006) son algunas de los trabajos de la etapa final de su carrera y de su vida.
Con unos inicios autodidactas en el informalismo de los 50, su trabajo se extendió hasta los primeros años del siglo XXI, con algún paréntesis creativo debido a diferentes crisis personales.
La exposición reúne más de 90 obras que reflejan dos períodos especialmente fecundos.
Por un lado, la década de los 70, representada a través de una selección de pinturas y de obra en papel que muestra una secuencia de su progresivo abandono del informalismo y que anticipan sus indagaciones posteriores en torno a la figuración y la abstracción.
Por otro, su último período, desde el año 1990 hasta su fallecimiento en 2007 en que fue incorporando paulatinamente la abstracción, sin abandonar nunca del todo el elemento figurativo presente en el constante uso del collage y de la palabra pintada.
Giralt extendió la técnica del collage hacia su pintura como una manera de integrar en ella elementos dispares y a menudo opuestos que amplificaran el espacio de la obra.
Esto es: cuadros dentro del cuadro, juegos con palabras inventadas o rotas, cuadernos de caligrafía, mapas, cromos de animales, inserción de fotos, de estampas publicitarias o de retratos rescatados de una almoneda (casa de antigüedades).
Asimismo, el juego entre la abstracción y la figuración y, por encima, la expresividad gestual heredada del expresionismo.
En su momento, el propio Giralt señaló: Prefiero el óleo, pero pinto con acrílico, para referirse a su manera de trabajar.