En la cárcel de Altamira, en el estado de Pará, Brasil, se realizó un motín donde resultaron 52 personas muertas, 16 de ellos fueron decapitados. Así lo dio a conocer la prensa local.
De acuerdo con la Superintendencia del Sistema Penitenciario de Pará (Susipe), dos agentes penitenciarios fueron tomados como rehenes durante el motín, pero ya fueron liberados.
“Fue un enfrentamiento entre bandas rivales”, aseguró ante la agencia AFP el portavoz de la Superintendencia.
La pelea se desencadenó luego de que un grupo de presos invadió el anexo donde se encontraba una banda rival. El portal Sipse indicó que el anexo se cerró con llave y se prendió fuego, provocando que la mayoría de las muertes fueran por asfixia.
La Policía Militar y Civil ya se encuentran en la cárcel para negociar la liberación de rehenes.
“La unidad es vieja y alberga a dos facciones criminales. No teníamos un informe de nuestra inteligencia que proporcionara un posible ataque de esta magnitud”, reconoció el secretario de Susipe, Jarbas Vasconcelos, quien añadió que “fue un ataque localizado dirigido a exterminar integrantes de la facción rival”.